Puigdemont no anuncia aún su regreso a Barcelona: "Estoy trabajando para estar ahí"

El ex president de la Generalitat Carles Puigdemont insistió en que su intención es regresar a Cataluña. "Mi vuelta a Barcelona no sólo sería una buena noticia para el pueblo catalán que apoya nuestra causa sino para todo el pueblo español", afirmó en una rueda de prensa concedida desde Copenhague (Dinamarca).

Puigdemont defendió que su regreso supondría "buen paso para restaurar la normalidad democrática". "Estoy trabajando para estar ahí", sostuvo. Aseguró que su intención es "entablar un debate" con los grupos de a oposición y encomendó a las autoridades españolas a iniciar un diálogo "porque tienen que reconocer el resultado de las urnas".

"Ese es mi camino para los próximos días", afirmó para anunciar que pretende reunirse con el president del Parlament, Roger Torrent, en las próximas horas en Bruselas para analizar cómo puede materializarse su investidura.

Sobre el debate a cerca de los pilares de la democracia que suscitó su comparecencia en Dinamarca así como la interpelación de la politóloga Marlene Wind, Puigdemont respondió a preguntas de los periodistas que no puede existir democracia sin leyes, ni a la inversa. "Es un equilibrio permanente entre las leyes, los cambios que reclama la sociedad... Un sistema en movimiento continuo, no es una foto fija, es una película", concluyó.

Delegación del voto en la investidura

Por otra parte, los independentistas apuran los tiempos para desvelar sus cartas. El president del Parlament de Catalunya, Roger Torrent, tiene obligación de convocar antes del 31 de enero la sesión de investidura y de momento poco se sabe de ella. El ex president Carles Puigdemont ha renunciado este martes a delegar el voto en la sesión de investidura tal y como había solicitado a la cámara.

Así lo habría comunicado Junts per Catalunya a la Mesa del Parlament que tiene previsto debatir si permite o no la delegación del voto del resto de los diputados huidos de la justicia -Lluís Puig y Clara Ponsatí (JxC), y Antoni Comin y Meritxell Serret (ERC)-, equiparándolos a Oriol Junqueras, Jordi Sánchez y Quim Forn que pudieron ejercer su derecho a voto para la confección de este órgano parlamentario desde la prisión preventiva.

Con esta estrategia, Puigdemont podría querer evitar que se impugnara la sesión de investidura antes de celebrarse. No obstante, aún están en juego las mayorías independentistas ya que si no se permite el voto delegado de los diputados que se encuentran en Bruselas, JxC, ERC y la CUP sólo contaría con 65 escaños -incluidos los votos delegados desde la prisión- y no con los 70 que obtuvieron en las pasadas elecciones. Es decir, podrían quedar en un empate a 65 votos con las fuerzas no independentistas: C's (36), PSC (17), CatComú-Podem (8); PP (4).

Se especula ya con la posibilidad de que los diputados que permanecen en Bruselas pudieran renunciar a sus actas para que corriera la lista y fueran otros miembros de sus formaciones los que acudieran al pleno a votar.