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Enrique Páez
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Enrique Páez

Un escritor acusa a la consejería madrileña de Educación de utilizar sin permiso contenido de uno de sus libros

jueves 30 de septiembre de 2021, 08:51h

El escritor Enrique Páez no sale de su asombro. Autor especializado en literatura infantil y juvenil, además de profesor de aspirantes a escritores, se quedó de una pieza cuando descubrió que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid publicaba como materia de libre configuración autonómica para 3º de ESO una nueva asignatura, denominada Taller de escritura creativa, que calcaba punto por punto casi todos los epígrafes y la estructura de su libro 'Escribir: Manual de técnicas narrativas'.

Este libro en el que, a tenor de lo que afirma su autor, la Consejería parece haber encontrado más que inspiración, contiene un resumen de los textos teóricos empleados por Páez durante los 15 años que ha estado impartiendo su propio Taller de Escritura en Madrid. El ejemplar fue publicado por la editorial SM en el año 2009 y reeditado varias veces hasta 2021.

No fue Enrique el primero en detectar el parecido razonable, sino su amiga Cecilia de Vicente, profesora de Lengua y Literatura, que conocía el manual y que también mantenía lazos de amistad con la editora del libro. Ella le remitió al enlace del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) del 24 de junio de 2020 en el que se recogía la orden por la que se aprobaban las materias de libre configuración autonómica en la Comunidad de Madrid para su implantación a partir de 2020-2021. "Me quedé asombrado. Más de la mitad del índice, siguiendo el mismo orden y estructura, con literalidad absoluta, había sido calcado en la nueva asignatura", relata a Madridiario el autor. "No han pedido permiso, ni a mí ni a mis editores, ni pagan derechos de autor, y ni tan siquiera me mencionan como autor".

Si se coteja el índice con el currículo de la asignatura, saltan a la vista numerosas similitudes. "Aún me pregunto por qué el que copió y 'vendió' mi programa a la Consejería de Educación no hizo al menos algunos cambios de maquillaje, como buscar sinónimos o cambiar el orden de los capítulos. ¿Para qué? ¡No es necesario! Lo copió con literalidad, y en el mismo orden. Sin remordimientos". Y desgrana los 16 epígrafes que figuran en el bloque 6 de los contenidos del Taller de escritura creativa para Secundaria y que concuerdan exactamente con las historias de género del capítulo IV de su libro. "El plagiador resultó ser un poco vago. Vamos, que se esforzó muy poco", ironiza Enrique Páez. "Y lo malo es que ese es el que decide qué y cómo deben estudiar los futuros alumnos de la ESO en la Comunidad de Madrid. Es decir: plagiando".

Identificadas las primeras coincidencias, el plagiado se tomó la molestia de comparar íntegramente ambos textos, para descartar que las similitudes respondieran a lugares comunes o fueran producto del azar, pero la realidad es tozuda. "No es una casualidad ni una simple coincidencia azarosa empezar los primeros cinco puntos de su programa de escritura con La cueva del escritor, El primer resplandor, La realidad transubstanciada, El bloqueo literario y El perfil del escritor", señala Páez. Con esos mismos cinco enunciados comienza su libro. "¿De verdad que La realidad transubstanciada se le ocurrió al que redactó/plagió el programa? ¿Puede alguien creerse que no lo ha copiado de mi libro?", se pregunta, para luego ir más allá. "Quien me plagió no creo siquiera que sepa qué es en la escritura la realidad transubstanciada".

Una vez constatado el plagio, Enrique Páez se puso en contacto con sus editoras en SM. "Me dijeron que la Oficina del Autor, que gestiona los derechos, no había recibido nunca una solicitud de la Consejería de Educación de Madrid para utilizar el índice y la estructura de mi libro en su programación de la asignatura Taller de escritura de 3º de la ESO. Pero no piensan tomar medidas legales de reclamación de derechos". También se dirigió a los servicios jurídicos del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) para denunciar el plagio. "Me dijeron que estudiarían la posibilidad de reclamar por vía judicial. Eso fue hace casi tres meses y no se volvieron a poner en contacto conmigo nunca más", se lamenta.

Así que solo cuenta con el apoyo moral y "sin fisuras" de sus amigos escritores y profesores. "Dicen que denuncie, que vaya a juicio, que firmarán a mi favor, que es muy descarado y muy lamentable que una Consejería de Educación plagie", comenta. "Pero yo me temo que el gabinete de abogados de la Comunidad de Madrid sea mucho más potente que lo que mis ahorros puedan pagar para emprender un juicio contra ellos con el fin de reclamar, simplemente, que reconozcan la autoría de los textos que plagian", añade.

Ignora si en los institutos están utilizando no solo los enunciados, sino también el contenido de su libro 'Escribir: Manual de técnicas narrativas' para impartir esta asignatura. "Imagino que no. Eso se lo dejarán a los profesores para que desarrollen el programa ajustándose a sus directrices plagiadas. Tengo la esperanza de que serán un poco más decentes que los políticos de la Consejería de Educación y no alienten al plagio dentro de sus alumnado".

Fuentes de la Consejería de Educación sitúan precisamente a un instituto en el origen de todo este lío."Las asignaturas de libre configuración se aprueban a propuesta de los centros docentes", explican. En el caso de la asignatura Taller de Escritura Creativa para 3º de ESO "fue propuesta por un centro, presentando una memoria justificativa en la que no aportaba ninguna fuente bibliográfica y que establecía el índice de contenidos curricular que permite posteriormente a los centros elaborar sus programaciones", detallan desde el departamento que lidera Enrique Ossorio. Así fue como en junio de 2020 se aprobó la asignatura "por el interés general del área que trata y que permite potenciar la competencia escritora en los alumnos, y consecuentemente, la lectora". Este diario ha tratado de conocer el nombre del instituto en cuestión, pero la Comunidad ha rechazado facilitar esa información amparándose en la Ley de Protección de Datos. Tampoco han trasladado si se plantean alguna modificación sobre la materia, como incluir el nombre del autor, a raíz de su queja.

Por extraer algo positivo de este incidente, Enrique Páez admite que le queda "el pequeño placer de saber que mi libro debe de ser bueno y que les gustó, porque si no, no lo plagiarían. Nadie copia algo que cree que es malo. La pena es que lo hagan pasar por propio, que no citen las fuentes, porque así se convierte en un robo de propiedad intelectual", concluye.

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