Todavía faltan más de cinco semanas para las elecciones y ya es difícil encontrar un poco de tranquilidad. La radio y la televisión están llenos de propaganda. ¿De dónde consiguen tanto dinero? Centenares de millones de dólares gastados para decirnos que el otro candidato es malo. Cada 4 años nos excitamos hasta el máximo tratando de decidir por quién iremos a votar, quién es el más serio, quién cumplirá sus promesas, qué han demostrado en el pasado, quiénes son sus amistades, cuál ha sido su trayecto anterior...
Analizamos las respuestas y así votamos. ¿Será que todos lo hacen así? Porque yo he visto que hay muchos ciudadanos que votan por un candidato debido a su sonrisa y no por su seriedad, o por el tono de su voz y no por lo que dice, o para demostrar que ellos no son racistas --en vez de mirar que el candidato sea lo esperado. Y por supuesto, no todo lo que oímos es la verdad, a veces la embellecen y a veces es una mentira total. De todas maneras, recordemos lo aprendido de nuestros padres: más vale viejo conocido, que nuevo por conocer.
Estas últimas semanas vemos como nosotros, los pagadores de impuestos, estamos embargando nuestro futuro sólo para pagar las deudas contraídas por unos señores que, después de hundir sus bancos, cobran decenas y a veces cientos de millones para irse. En realidad, yo creía que justicia sería darles alojamiento gratis en una penitenciaría, un año por cada millón que piden o que ya se llevaron. Yo estoy por la desregulación, pero no por la estupidez de dejarse robar. El gobierno debe prever estos incidentes antes de que pasen y no, después, sacarles las castañas del fuego a costa de quemarnos los dedos. Mucha gente que juega con dinero ajeno, finalmente lo pierde, sólo porque no era de ellos.
Chávez tenía miedo de venir a Nueva York a la conferencia de la ONU, por si lo querían dejar aquí por narcotraficante y terrorista, y se fue a la China, piensa comprar más aviones allí, no para transportar a los turistas, sino para continuar su locura de conquistador y convertir a Bolivia, que está en medio de Sudamérica, bordeando con Chile, Argentina, Brasil, Perú y Paraguay, en su centro de operaciones militares. Este dictador tiene puestos sus ojos en Chile, pero antes puede ocupar Paraguay, un país pequeño y sin recursos naturales, pero estratégico para sus designios de ser el gran dictador. Recordemos que Chávez está formando un ejército de un millón doscientos mil soldados, Dios los cría y ellos se juntan. El gran amigo y socio de Chávez es Ahmadinejad, el pequeño Hitler del Medio Oriente. Si Ahmadinejad logra su sueño de tener armas nucleares, es posible que el mundo deje de existir, porque ese inmundo personaje va a compartir esas armas con los terroristas y con Chávez y, como la locura reina entre ellos, nos estamos acercando a un desastre global.
La ONU está perdiendo la razón de ser: Rusia have lo que quiere, protege a Irán con su derecho al veto; está nuevamente con Siria vendiéndole armas, ya comienza a tratarla como una colonia y pronto establecerá un puerto en el Mediterráneo; ya mandó a su marina, armada con centenares de misiles nucleares, a que haga ejercicios militares en el Caribe, en conjunto con Venezuela. Finalmente, los Estados Unidos son los mayores contribuyentes para mantener a las Naciones Unidas, pero ¿para qué? Si quieren seguir jugando, que lo hagan en otra parte, y que lo paguen otros. Si no tenemos privilegios adicionales, que se vayan a Suiza --o a lo mejor se deciden y se van al diablo. Qué pena que cuando el presidente Bush habló el martes no les dijo directamente eso.
Roguemos al Todopoderoso para que nos ilumine y nos haga votar por el bien del país y no por el interés de algún candidato y, en su inmensa piedad, no permita que se destruya su creación por manos enemigas a los EEUU, que traiga justicia y democracia a todo el mundo y en ocasión de ser Rosh Hashana, el Año Nuevo hebreo, nos traiga paz, prosperidad y amor. ¡Amén!
Jaime S. Dromi
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