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La planta que 'se comió' el Windsor

viernes 03 de octubre de 2008, 15:21h
Pese a que casi nadie se habrá preguntado qué pasó con los restos del mastodóntico Windsor después del incendio, el destino que tuvieron es una de esas actividades fundamentales para conservación del medio ambiente.
Para 'digerir' todo el Windsor hizo falta una gran planta de tratamiento de residuos inertes y fue Salmentina, con una capacidad de vertido de 31 millones de metros cúbicos, la que se ocupó de gestionarlos. Situada en Valdemingómez, es en la actualidad la mayor planta de España y una de las mayores de Europa gracias a la ampliación de sus instalaciones, que se ha inaugurado este viernes.

La labor de este tipo de plantas es fundamental para la conservación del medio ambiente. Los vertidos descontralados, tan habituales hace tan solo unos años, contaminan el agua y el suelo, generan riesgos para la salud, alteran la fauna, la flora y, lo que es más evidente, el paisaje. Además, la cantidad de escombros generados es tan alta que su reciclaje se convierte en la actualidad en un proceso fundamental.

Se calcula que la región genera algo más de una tonelada de residuos inertes por cada habitante y año, lo que en total suma más de seis millones de toneladas. Absorberlas todas es el objetivo de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. En 2007 ya se consiguió quintuplicar lo gestionado dos años atrás y llegar hasta los dos millones y medio de toneladas gracias a las tres plantas públicas de la Comunidad, situadas en Navalcarnero, El Molar y Moralzarzal, y a las tres privadas que hay en la Comunidad.

A esos resultados habrá que sumarles también los que se consigan con la ampliación de Salmentina, que ha contado con subvenciones de la Consejería de Medio Ambiente. Con la nueva línea de reciclaje inaugurada este viernes conseguirán aumentar su capacidad de medio millón toneladas tratadas al año hasta los dos millones. Dicho más gráficamente, ya son capaces de reciclar el Windsor en dos semanas.

Con esta ampliación, Madrid estará más cerca de conseguir tratar todos sus residuos en casa. Pero, según resaltan tanto la empresa como la Consejería, otro de los objetivos es introducir en el mercado la grava, la zahora y la tierra vegetal resultantes de los procesos de reciclado, pues aún son una novedad en el mercado. En Madrid, se han utilizado para las obras del Metro Ligero a San Sebastián de los Reyes o de la variante de San Martín de la Vega, pues sirve para realizar drenajes y firmes, entre otras utilidades.

Pero hasta llegar de nuevo a la obra, los escombros tienen que pasar en la planta un proceso muy parecido al de otras formas de reciclaje. Todo empieza en la propia puerta de la complejo donde se decide a que línea de trabajo va cada camión según el tipo de material que lleve. Hay algunos que por la mala calidad de lo transportado van directamente al vertedero, donde después los operarios se encargan de seleccionar el plástico, el hierro y la madera para su reciclaje en otras plantas.

Cuando el material es de buena calidad, lo primero es limpiarlo de objetos extraños a través de procesos manuales y mecánicos, para después pasar a unas trituradoras que lo convierten de nuevo en materia prima para la construcción de edificios, carreteras y otras infraestructuras. De esta manera, se consigue cerrar el círculo del reciclaje.
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