Recientemente fui invitado a participar en el “Freedom Agenda Lunch”, durante la Asamblea General de la ONU, cuyos propósitos era “compartir ideas para la promoción de la Libertad de una manera eficaz y hacer recomendaciones pertinentes para derrotar la tiranía”. En el caso de Venezuela, tal vez deberían haber extendido la invitación a millones de venezolanos, de derecha o de izquierda, chavistas o antichavistas, pobres, ricos o clase media, que desde hace 10 años luchan activa y democráticamente para salvaguardar la Democracia en nuestro país.
Ha sido el espíritu democrático de los venezolanos lo único que le ha puesto un freno a las intenciones totalitarias del actual Presidente. Ha sido el amor de los venezolanos por la Libertad y por la paz lo que ha mantenido en Venezuela espacios para la pluralidad, en un clima de ausencia de Libertad de Expresión.
Han sido más de diez años donde los venezolanos han probado todas las vías para expresar su rechazo a la instauración del régimen totalitario. Hemos ido a votar en innumerables oportunidades, a pesar de que el organismo encargado de asegurar la transparencia del proceso ha dado muestras públicas, notorias y repetidas de su parcialización y de responder a los intereses del Gobierno.
Hemos marchado y vuelto a marchar; hemos protestado, denunciado y buscado por incontables vías los mecanismos democráticos para hacer valer nuestros derechos a decidir y a vivir en libertad.
En el camino, algunos que se autodenominaban de oposición al régimen han actuado pensando primero en sus intereses y después en Venezuela, traicionando así la causa democrática, autocensurándose o convirtiéndose en cómplices de la censura gubernamental. Pero han sido los menos; la mayoría ha seguido adelante en la lucha activa, pero no violenta, e incansable para recuperar la Libertad y defender nuestra Democracia.
Radio Caracas Televisión, hasta el 27 de mayo de 2007 el primer canal de la televisión venezolana, no podía actuar de espaldas a ese espíritu democrático. Un medio de comunicación social que durante más de 53 años había gozado de la confianza de los venezolanos que nos acogían en su casa todos los días, no podía traicionar ni eludir su responsabilidad ante el reto de la recuperación de la Democracia, la Libertad y el Estado de Derecho, reto que nos une a la gran mayoría de los venezolanos.
Muchos medios privados —radiodifusoras, periódicos, televisoras regionales y un solo canal de los que restan en TV abierta, Globovisión— se han negado a autocensurarse al igual que RCTV. Nos hemos expuesto a la furia presidencial por permitirnos ejercer el principio de pluralidad y brindar espacios a las voces de protesta y de disidencia. Como consecuencia, hemos sido perseguidos, vivimos amenazados, nos han difamado y en muchos casos los comunicadores sociales hemos sido víctimas de atentados.
A RCTV le arrebataron su señal, parte de sus instalaciones y la totalidad de su red de transmisión. Hay periodistas presos sin juicio y sin debido proceso. Muchos periodistas han sido heridos o asesinados en el desempeño de sus funciones o como consecuencia de ellas, puesto que la incitación a la violencia en contra de la prensa libre es constante por parte del Gobierno. Pero a pesar de esto, los periodistas, reporteros y camarógrafos de Venezuela, en su gran mayoría, siguen defendiendo su derecho a informar y opinar con serenidad, valentía y resistencia.
Los estudiantes salieron a la calle al día siguiente del cierre de RCTV, el 28 de mayo del 2007. Salieron a protestar y desde entonces han permanecido políticamente activos. El 2 de diciembre pasado, junto a representantes de todas las corrientes ideológicas y organizaciones civiles, defendieron el voto de los venezolanos, que le dijeron un rotundo NO al intento del presidente de perpetuarse en el poder, a través de una reforma constitucional.
Las mujeres de Venezuela mantienen a raya desde hace más de 9 años una reforma de la Ley de Educación que pretende poner el sistema educativo al servicio del proyecto ideológico que la mayoría rechaza categóricamente.
Pero la represión en Venezuela continúa, alimentada por la desesperación del Gobierno ante la posibilidad de perder varias gobernaciones y alcaldías en las próximas elecciones del 26 de noviembre. Para el presidente y su estrecho círculo de amigos y socios de negocios, todo el que disiente es “golpista”, todo el que critique es “traidor”, todo el que se atreva a denunciar es “enemigo” o “lacayo del imperialismo”.
Pero los venezolanos hemos aprendido, sobre todo a no caer en provocaciones. La única vía es la democrática, pero no basta con ir a votar, debemos defender el voto. Debemos participar en muchos frentes, con la indoblegable voluntad de vencer y salvaguardar nuestra democracia, nuestro futuro, nuestro país. Venezuela lo único que quiere, lo único que necesita es vivir en verdadera democracia.
Marcel Granier
Presidente de Radio Caracas Televisión Internacional (RCTV)
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