www.diariocritico.com
Nada va a ser igual, aunque lo parezca

Nada va a ser igual, aunque lo parezca

jueves 16 de octubre de 2008, 09:49h
El pasado martes, tras la rueda de prensa en La Moncloa, Zapatero se acercó a los periodistas. A quien suscribe, quizá uno de los más veteranos que andaban por allí, el presidente le preguntó: “en toda tu carrera como informador, ¿habías visto algo como esto?”. Luego, el presidente admitió que, el fin de semana pasado, se había vivido una “gravísima situación”. Nunca había escuchado a José Luis Rodríguez Zapatero, siempre tan calmado, tan cuidadoso de su talante, expresarse en estos términos.

De hecho, estaba empezando una semana tremenda, una más. Zapatero había acabado de reunirse con Mariano Rajoy, y los resultados parecían levemente alentadores: había acuerdo en torno a los dos decretos-leyes que insuflarán vitalidad a los entes financieros, aunque no lo hay en torno a los Presupuestos.

¿Por qué sobre una cosa sí y sobre la otra no? Pues porque Rajoy no podía rechazar unas decisiones, plasmadas en decretos-leyes, sobre las que están de acuerdo todos los países europeos, para no citar ya el caso peculiar norteamericano. Y, en cambio, explicaba anoche el vicesecretario general del PP y hombre en alza en su partido, Esteban González Pons, los Presupuestos para 2009, tal como están, no valen de nada. Todo ha cambiado y los datos que podían valer en julio, y hasta en septiembre, ya no funcionan. Esos PGE deberían ser reelaborados entre todos los grupos parlamentarios, con flexibilidad y con realismo. El realismo que los números presentados por Solbes hace apenas un par de semanas ya no tienen. Porque todo ha cambiado.

Lo lógico hubiera sido que en la ‘cumbre’ de La Moncloa, que seguía a una reunión ‘en las alturas’ de los líderes de la UE en París, y preludio del actual Consejo Europeo de Bruselas, hubiese tenido mejores resultados. Por ejemplo, que el gobierno hubiese admitido la presentación de enmiendas sustanciales a los Presupuestos por parte del PP, además de comprometerse a acordar el lunes próximo en el Parlamento los decretos-leyes que inyectan dinero en los bancos españoles, que siguen siendo presentados como un modelo por gobierno y oposición.

Pero, al parecer, Zapatero quiere mantener estos presupuestos, que los demás grupos se están pensando si respaldar, y Rajoy no está dispuesto a dar un cheque en blanco en este terreno, y hace bien. Porque los PGE’09, simplemente, no sirven tal y como están, sin que pueda achacarse al equipo de Solbes el fallo: está ocurriendo en todos los países europeos, donde el desconcierto es la tónica dominante.

Lo que me resulta chocante es el empeño de ZP en aferrarse a unos Presupuestos que, simplemente, se instalan en la irrealidad, cuando él mismo admite que la situación es “gravísima”. Y que, por tanto, requiere soluciones tan extremas como las que han adoptado en Estados Unidos George Bush, apoyado por los demócratas, o el británico Gordon Brown, que se ha convertido en la voz de Europa, pese a que ahora ni le toca la presidencia (‘Sarko’ ha perdido, de hecho, el ‘trono’ semestral, que le toca a Francia) ni su país está en el euro.

Cuando las bolsas siguen despeñándose, evidenciando que los inversores no acaban de creerse las ‘soluciones estatales’, una vez que el liberalismo extremo no ha funcionado, hay que buscar soluciones nuevas. La reunión entre Zapatero y Rajoy sirvió para poner parches, pero no tapona del todo la herida. Cuando los ahorradores españoles (y los demás, pero no acudamos ahora al consuelo de tontos que es el mal de muchos) han perdido un 40 por ciento del valor de sus inversiones en seis meses, no es hora de tirarse los trastos a la cabeza, ni tampoco de pactos parciales. Ni de vendas mal puestas.
Rajoy tiene ahora la oportunidad de erigirse como la voz dominante, de la misma manera que el relativamente periférico Brown lo ha hecho en el seno de la UE. Tendiendo la mano con generosidad a su contrincante, el hombre que está en La Moncloa y que no acaba de reaccionar con la contundencia que me parece que a la opinión pública le gustaría. Claro que tampoco el líder de la oposición está mostrando tal contundencia. El mundo cambia a toda velocidad, el sistema está a punto de ser relevado por algo nuevo, que aún ni sabemos qué será (el FMI se reestructura, los ‘paraísos fiscales’, al fin, se ven amenazados), y las sesiones de control parlamentario en las Cortes españolas siguen siendo casi iguales que el año pasado, y el antepasado.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios