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La nueva batalla electoral de Chile

La nueva batalla electoral de Chile

miércoles 29 de octubre de 2008, 00:14h
Las diversas y hasta contradictorias lecturas de los resultados de las elecciones municipales de este domingo 26 de octubre en Chile están marcados por las perspectivas para la verdadera “madre de todas las batallas”: la elección presidencial de diciembre del 2009,

El “día después” viene a ser así “el primer día del resto de tu vida” para la clase política local, cuando se inicia la nueva batalla electoral en Chile.

Es decir, los comicios recién pasados, sólo fueron el prólogo de la contienda principal del desafío principal entre las fuerzas democráticas chilenas y la Derecha, que busca no sólo el poder sino blanquearse de su pasado y objetivo compromiso con la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Por ello los análisis que hacen los respectivos expertos, más que intentos de analizar el comportamiento electoral real de los chilenos, y mucho menos la real problemática municipal, son argumentos destinados a alimentar las estrategias electorales futuras, de acuerdo a los intereses partidarios.

Lo obvio es que una elección entrega resultados que materializan el estado de ánimo de los ciudadanos, en una coyuntura dada, y constituyen una forma de expresión de su voluntad, de sus demandas y hasta de sus  aspiraciones, temores, incertidumbres, materia sobre la cual, obviamente, trabajan los propagandistas, agitadores o demagogos.

Hay que decir también que en política la verdad estadística resulta a veces sólo un dato, objetivo por su naturaleza, pero materia de interpretaciones subjetivas y un elemento más de la compleja elaboración estratégica y práctica de los hechos sociales.

Entonces, ¿qué dicen las cifras?

Por primera vez en la historia, la  derechista Alianza por Chile obtuvo mayor votación que la Concertación en Alcaldes, un 40,56 por ciento de los votos válidamente emitidos, en tanto la Concertación registró un 38,46 por ciento, aunque en número de alcaldes la coalición de gobierno se mantiene en primer lugar con 146 ediles, contra 142 de la Alianza.

En Concejales, que todos los analistas consideran el baremo que mejor refleja  los índices de adhesión política, la Concertación recibió un 45,24 por ciento, en tanto la  Alianza llegó al 35,99 por ciento, manteniéndose la brecha entre ambas fuerzas en 9,25 por ciento.

Cabe anotar aquí que el bloque “Juntos Podemos Más”, encabezado por el PC, obtuvo un 9,08 por ciento y los disidentes del PDC y la Concertación, un 7,57 por ciento.

La Alianza subió en  38 los alcaldes, en tanto la Concertación bajó en 57 los cargos.

Esto significa, y es un dato no menor mirando hacia la campaña electoral para los comicios presidenciales del 2009, que la derechista Alianza por Chile, gobernará sobre un 47.6 por ciento de la población del país, 7 millones 894 mil 26 personas.

En tanto, la Concertación gobernará, en términos municipales, sobre un 38,5 por ciento de la población, o sea 6 millones 378 mil 576 personas.

En lo que respecta a Concejales, un cargo edilicio tradicionalmente de menor rango, pero que, dadas las circunstancias, podría pasar a tener mayor protagonismo si hay una decisión política de hacerlo, la Concertación tiene 1.064, en tanto la Alianza sólo llega a los 862.

Estadísticamente entonces, el Gobierno y la Concertación aparecen ganando en tres de las mediciones, y con un porcentaje sólido de un 45,24 por ciento, pero lo que se ha instalado tanto mediática como políticamente, incluso en la propia coalición de gobierno, es una clima de derrota, de autocrítica y hasta de acusaciones por errores y fallos políticos electorales.

Lo cierto es que el principal partido de la Concertación, la Democracia Cristiana, es la que sufrió el mayor embate electoral al registrar en Concejales un  13.98  por ciento de la votación y  343 puestos -en comparación al 20,76 de las elecciones de 2004- y 481 cargos.

Pero la derrota política más impactante para la DC, dada sus expectativas, fue la sufrida en la capital del país, Santiago, y en el primer puerto del país, Valparaíso. También en Estación Central, donde se puso a prueba la falta de perspectiva política, con una cierta dosis de voluntarismo y sectarismo.

Dicho sea de paso,  nadie en la Derecha ha podido sacar cuentas sobre el tema del supuesto “castigo” que la ciudadanía podría haber dado al gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, mediante le encuesta nacional que significaba la elección municipal.

Pero en política, dicen, la cosa es sin llorar. Y por lo mismo, tras la hora de la verdad electoral, todos empezaron a mirar en Chile hacia las elecciones presidenciales de 2009 y la posible configuración de nuevas alianzas para enfrentar el desafío.

Está claro que la derecha, una vez que resuelva el aún complejo y pendiente problema de la candidatura del sector, en la cual sólo brilla por hoy el empresario Sebastián Piñera, intentará conquistar al sector disidente de la DC (un 7 por ciento de los votos) que se resiste aún a venderse al Diablo.

En tanto la Concertación mira hacia la alianza “Juntos Podemos Más”, liderada por el Partido Comunista, que con su 9 por ciento también es decisivo para sumarlo a su 45 por ciento y cerrarle el paso a la Derecha.

Pero eso será materia de los próximos acontecimientos.

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Marcel Garcés.
Periodista
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