En concreto, se refirió a los fondos garantizados por la deuda generada por las tarjetas de créditos, los prestamos de estudiantes, y las financieras de autos, y que son responsables del 40 por ciento del crédito al consumo en EE.UU.
"Este mercado, que es vital para la financiación y el crecimiento, ha llegado ya prácticamente a la paralización total", indicó.
La extensión de ayudas a las empresas no bancarias es una de las tres nuevas vías de actuación que el Tesoro está estudiando llevar a cabo, semanas después de haber puesto en marcha el plan de rescate económico de 700.000 millones de dólares.
El eje central de este plan, dijo Paulson, es la inyección de este dinero en el capital social de los bancos en crisis.
El secretario del Tesoro reconoció por primera vez que la compra de activos "tóxicos" relacionados con las hipotecas, que fue el objetivo inicial del plan de rescate, no se llevará a cabo.