Varias organizaciones civiles mexicanas demandaron hoy al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, una reforma migratoria que ponga fin a las muertes de migrantes en la frontera común, que suman más de 10.000 en los últimos 14 años, según sus estadísticas.
"Queremos que la nueva administración que va a entrar en Estados Unidos, la del presidente Obama, se acuerde de nosotros para tener una reforma migratoria y ya no tener ni una muerte más", dijo a Efe Enrique Morones, presidente de Ángeles de la Frontera, la asociación organizadora del evento.
"Nos lo debe", señaló Morones, quien recordó que los latinos residentes en Estados Unidos y con derecho a voto (unos 18 millones) apoyaron en un 80% a Obama en estados que fueron clave para su triunfo electoral, como Florida, Nuevo México, Colorado y Nevada.
El dirigente señaló que esta reforma debería tener como objetivo legalizar a los 12 millones de "sin papeles", la mitad de ellos mexicanos, que viven en EE.UU. y establecer "un modo humanitario" para que los migrantes entren al país sin tener que arriesgar su vida en el desierto.
El evento consistió en una vigilia religiosa en memoria de los fallecidos y congregó a una veintena de mexicanos residentes en Estados Unidos.
En él se honró la memoria de las más de 10.00 personas muertas al intentar cruzar la frontera desde que Estados Unidos comenzó a levantar muros en su frontera con México, en 1994, los cuales fuerzan a los inmigrantes a atravesar por regiones inhóspitas y peligrosas.
Cruces de papel, una lista con sus nombres, oraciones y varios discursos recordaron a los finados.
Pero las críticas no sólo tuvieron como blanco a la administración saliente del presidente George W. Bush y sus polémicas leyes para restringir la inmigración.
José Luis Arzola, coordinador de asuntos fronterizos del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, atacó al Gobierno mexicano y lo instó a emprender acciones para poner fin a las muertes en la frontera.
"Necesitamos difundir los peligros que atañen a nuestros connacionales al cruzar. El Gobierno (de México) tiene que colaborar creando fuentes de empleo que puedan retener a estas personas. Se nos están yendo y se nos están muriendo, eso es lo que está sucediendo", expresó.
Arzola señaló además que es frecuente que se violen los derechos de los emigrantes sudamericanos y centroamericanos que atraviesen México de camino a Estados Unidos.
Se estima que por la frontera sur de México entran cada año unos 300.000 inmigrantes ilegales.
La cifra asciende a cerca de medio millón en el caso de los inmigrantes que intentan cruzar a Estados Unidos desde México.
"Tenemos que poner ese alto también. Tenemos que poner ese ejemplo. No podemos pedir en Estados unidos los que no damos en México", concluyó.
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