La Generalitat se enzarza en una agria polémica con The Economist

El reportaje, generalmente muy esmerado, aún incluyendo alguna inexactitud, procura  presentar los diferentes puntos de vista sobre la cuestión, pero se inclina ligeramente hacia una visión más centralista del Estado o, en todo caso, hacia un federalismo que "habría fijado claramente las reglas", evitando que las comunidades autónomas, especialmente Cataluña y el País Vasco, sigan reivindicando más capacidad de autogobierno.

El reportaje admite que, en términos generales, el sistema autonómico ha sido positivo, advierte también de una serie de problemas que habría generado. Por ejemplo, el "renacimiento de un viejo fenómeno político español, el cacique, o líder político provincial". Y pone tres ejemplos, pero no de líderes provinciales de comportamiento claramente caciquil y que todo el mundo puede tener en mente, sino de presidentes autonómicos de ayer y hoy: Jordi Pujol, Manuel Fraga y Manuel Chaves.

Pero esto no es lo más llamativo, lo que ha causado más sorpresa en Cataluña ha sido la reacción del gobierno catalán. Hasta el punto que la consejera de Justicia, Montserrat Tura, actuando como portavoz tras el Consejo de Gobierno de esta semana, ha acusado al periódico de insultar a Cataluña y se ha mostrado preocupada por el "grado de desconocimiento de nuestro país" que tiene este semanario. Además, el delegado de la Generalitat en Londres ha protestado oficialmente a  The Economist, a quien ha escrito una carta recriminándole que describa la lengua como una "obsesión nacionalista" del Gobierno, así como que tilde de "cacique" al ex presidente Jordi Pujol, elegido democráticamente.