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Barack Obama se despide del Senado para encarar la crisis en casa y en el resto del mundo

lunes 17 de noviembre de 2008, 01:21h
El presidente electo de EEUU, Barack Obama, renunció este domingo a su puesto en el Senado, cuando faltan más de dos meses para su juramento y el mundo lo espera para que sea el timonel en medio de la tormenta económica y financiera.

"Hoy pongo fin a una etapa y empiezo otra", declaró Obama, de 47 años, en una carta en la que da las gracias al pueblo de Illinois, que lo eligió como senador hace apenas dos años.

"Dejo el Senado y me preparo para las responsabilidades que asumiré como próximo presidente de nuestra nación", añadió Obama, cuya ausencia en la Cumbre del G-20, celebrada ayer en Washington, dio a la cita un carácter más de promesas que de acción.

'The Wall Street Journal' y otros medios de prensa de EEUU apuntaron este fin de semana que el presidente saliente, George W. Bush, que concluye su mandato con un bajísimo nivel de popularidad, convocó esta cumbre a las apuradas, que concluyó con una declaración de unidad frente a la crisis y votos de cooperación.

La receta resumida en la declaración final de la cumbre incluye los ingredientes ya agregados por el Reino Unido, Japón, Alemania y China, entre los que se encuentran la baja de las tasas de interés y estímulos fiscales mediante recortes o reembolsos de impuestos.

El Congreso de EEUU aprobó y el presidente Bush promulgó en febrero pasado un reembolso de impuestos, que distribuyó unos 155.000 millones de dólares a más de 130 millones de contribuyentes, pero ahora se resiste a otra dosis de la misma medicina.

Obama, que ganó la elección presidencial el 4 de noviembre con el 52 por ciento del voto popular y tendrá en el Congreso mayoría demócrata en ambas cámaras, ha indicado que está a favor de un estímulo.

Además, ha comentado que, si los legisladores no aprueban ese estímulo antes de fin de año, para él será prioridad que lo hagan después de su toma de posesión, prevista para el 20 de enero.

La economía de Estados Unidos tuvo en el tercer trimestre del año la primera contracción (un 0,3 por ciento) desde 2001, las cifras de desempleo y ejecuciones hipotecarias llegan a niveles sin precedentes en varias décadas, mientras se contrae el gasto de los consumidores.

Las expresiones de unidad ante la crisis y cooperación para las soluciones, contenidas en el comunicado del G-20, quedan pendientes del dilema que encara Obama, un político que ha atraído gran simpatía en el resto del mundo pero que debe atender, primordialmente, a su país.

"Nunca olvidaré a los trabajadores en Galesburg que encararon el cierre de una fábrica a la que habían dado sus vidas, y se preguntaban cómo proveerían cuidado de la salud a sus hijos enfermos, sin empleos y con poco ahorro", subraya Obama en su carta al pueblo de Illinois.

"Los problemas que encaramos como país son ahora más numerosos y difíciles que cuando yo llegué a Chicago", añadió el presidente electo, quien durante la campaña prometió que revisaría los pactos comerciales que EEUU ha firmado con otros países y a los que él atribuye la pérdida de millones de puestos de trabajo.

La cumbre resolvió que el G-20 tendrá otra reunión antes del 30 de abril, lo que abre un plazo de unos cinco meses y medio durante los cuales el mundo probará si la crisis financiera global puede esperar a que Obama llegue a la Casa Blanca, y da al nuevo presidente apenas dos meses para marcar el nuevo rumbo.

"El grupo (G-20), que se reunió por menos de seis horas en el Museo Nacional de la Construcción, dejó las decisiones más difíciles para encuentros futuros", señaló el diario 'The Wall Street Journal'.

"La próxima pone presión sobre Obama para que encare un nudo de asuntos económicos y regulatorios cruciales inmediatamente después que asuma su cargo", agregó el rotativo.
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