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La industria se muestra cautelosa

El Parlamento Europeo dice sí a la directiva de servicios

El Parlamento Europeo dice sí a la directiva de servicios

jueves 16 de noviembre de 2006, 19:59h
Apenas unas horas después de que la directiva más controvertida de los últimos tiempos pasara por última vez por el Parlamento Europeo, la industria, las asociaciones de consumidores y los servicios públicos han pedido cautela. Todos coinciden en preferir esperar, hasta ver cómo transponen los Gobiernos nacionales la norma sobre servicios.

 Por otra parte, como quedó patente en la votación de este miércoles, no todo el Pleno está de acuerdo con la luz verde a la directiva, que parece ser demasiado amplia o muy restrictiva dependiendo de los ojos que la miren.

La Eurocámara aprobó este miércoles definitivamente la directiva que traerá la liberalización de servicios en la UE. Tras años de espera para verla hecha realidad, la mayor parte de la industria ha visto con buenos ojos la decisión en segunda lectura y ha expresado su satisfacción por lo que entienden que es una buena noticia para los ciudadanos y los empresarios. Sin acabar de creérselo, los que resultarán más afectados por la decisión explican que el paso dado esta semana va en la buena dirección pero puntualizan que es uno más, no el que lleva a la meta, por lo que prefieren esperar hasta ver qué es lo que ocurre en el proceso de adaptación de las legislaciones nacionales a la norma comunitaria, algo que, según parece, no va a ser pan comido.

En esta línea, para el secretario general de EuroComerce -organización que actúa como mediadora entre productores y consumidores europeos-, se trata de una buena noticia "para los negocios y la competitividad como conjunto". Sin embargo, él tampoco cree que todo esté ganado, "el foco debe ponerse ahora en los Estados miembros y su responsabilidad para transponer justamente y a tiempo el texto", ha añadido.

Algo similar ha opinado UNICE -que se califica a sí misma como "la voz de los negocios europeos"-, y también ha optado por echar sobre la novedad una de cal y otra de arena. La organización espera "beneficios reales de la nueva directiva" pero se lamenta del "reducido ámbito y de la incertidumbre de algunas de las provisiones sobre los servicios transfronterizos". Además, sus portavoces también prefieren esperar a ver cómo adaptan los Estados miembros sus legislaciones nacionales, sin perder el espíritu del texto y pide a la Comisión Europea que preste su ayuda y asistencia a los Gobiernos, a la vez que supervisa la operación.

Para UNICE y su secretario general, Philippe de Back, ahí está la clave del proceso que ha durado ya tres años y lo que marcará la diferencia, el éxito y el grado de contribución al mercado interno y la economía comunitaria.

Los que menos optimistas se han mostrado han sido los miembros de la Federación Europea de Servicios Púbicos (EPSU, en sus siglas en inglés), quienes han pedido a la UE y a la Comisión que aprovechen la coyuntura para "construir una Europa social moderna" y que no "sigan paralizando el proceso" y han remarcado que la directiva deja aún muchos interrogantes sin resolver.

Voces a favor y en contra

La posición común salió adelante gracias a los votos a favor de los dos grandes grupos mayoritarios, populares y socialistas, y con una buena parte del resto en contra. Así las cosas, se votaron también enmiendas contrarias a esta postura -presentadas por los Verdes, la izquierda unitaria, la izquierda nórdica-, que no salieron adelante.

Por eso, mientras que de boca de algunos eurodiputados 'populares', como el británico Malcolm Harbour, salieron frases como "hoy es un día importante para los ciudadanos europeos", y los socialistas felicitaban al ponente, la Presidencia y la Comisión, la diputada de los Verdes, Heide Rühle, declaró sentirse decepcionada porque el Parlamento aceptase una directiva que no entra a fondo en los asuntos sociales y las negociaciones colectivas. "La directiva de servicios no respeta los derechos sociales", afirmó. "Sigue habiendo lagunas sobre los servicios sociales que tendrá que resolver el Tribunal de Justicia de Luxemburgo". Lamentó que la comisión parlamentaria no haya querido entrar a fondo y hacer una verdadera segunda lectura. "No es un éxito, es un fracaso y nos va a costar muchísimo", manifestó, para concluir afirmando que la declaración de la Comisión no ayudaba a solucionar los problemas pendientes.

También Francis Wurtz, de la Izquierda Unitaria Europea, se mostró abiertamente crítico con el proceso de adopción de la directiva y recordó que "la Confederación Europea de Sindicatos recomendó enmendar el texto original". Además, destacó las "zonas grises" del texto que "originarán cuestiones de fondo que serán resueltas por medio de las interpretaciones descontroladas de la Comisión y el Tribunal de Justicia".

Por parte de la Unión por la Europa de las Naciones, Adam Jerzy Bielan mencionó que el objetivo de la directiva es "eliminar las barreras y obstáculos administrativos a la prestación de servicios entre los Estados miembros", algo que en su opinión no es posible realizar ahora, que existe proteccionismo. "Los servicios ofrecidos son más caros y de poca calidad", añadió. Para el diputado habrá que esperar unos años para ver si efectivamente se han eliminado las barreras administrativas y se puede calificar la directiva de éxito.

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