Buscar la cercanía es hoy una consigna en casi todos los partidos ante las elecciones municipales --en Cataluña no hay autonómicas-- de mayo. La búsqueda del contacto directo ha llegado al extremo que algunos candidatos de CiU en poblaciones medianas entregan folletos de publicidad electoral en los que figura su teléfono móvil.
Así, los militantes de CiU que quieren abrirse a la ciudadanía llevan encima dos aparatos, el móvil usual y el de campaña. Y sí, los ciudadanos llaman, y se interesan por asuntos relativos al programa electoral o respecto a la opinión del candidato sobre algún problema local.
Lo que no se ha dado, afirman en CiU son llamadas que no tengan que ver con asuntos políticos. Aunque este tipo de campaña tiene problemas, como el de una candidata que hubo de atender a posibles electores mientras durante el fin de semana intentaba esquiar en la estación de la Masella. Cuentan, incluso, que algún candidato bisoño ha dado no el teléfono del móvil “de campaña” si no el suyo personal...
Pero, la idea del candidato al teléfono es reclamada por el otro partido que reclama el voto de los nacionalistas catalanes, ERC. Concretamente, el diputado Joan Puig, que se hizo famoso por su entrada en la piscina mallorquina de Pedro J. Ramírez, afirma que el ya usó el sistema de dar públicamente el móvil en las anteriores elecciones municipales, en las que se presentó por la ciudad de Blanes, en Girona.
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