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Un poco de sensatez política, señores

Un poco de sensatez política, señores

jueves 04 de diciembre de 2008, 20:35h
A veces –quizá demasiadas veces- a los políticos se les va la olla como a cualquier hijo de vecino. Y es malo, naturalmente, pero no es tan grave como para crear auténticas crisis institucionales, y mucho menos con la que está cayendo. Hace muchos años, allá por los inicios de la transición, la burla-burlando de la progresía y de la izquierda era el decir: “Eres más tonto que un obrero de derechas”. Un chiste-chistando sin ninguna gracia, pero que entonces resultaba muy ocurrente.

    Bueno, algo de eso ha debido de ocurrir con el alcalde de Getafe, el socialista Pedro Castro, que en un acto claramente de partido y en calor electoralista se preguntó “¿por qué hay tanto tonto de los cojones que vota a la derecha?”. Suena, efectivamente, a esa burla de la progresía de los setenta que antes comentaba.

Evidentemente, a Pedro Castro, que es además presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, se le calentó la boca en un momento loco que todo el mundo puede tener. Y, si no, empecemos a tirar de hemeroteca para colocar en fila india todas las sandeces que políticos de mayor tronío que el alcalde de Getafe han dicho delante –o detrás- de micrófonos: desde Rajoy a Zapatero, desde Esperanza Aguirre a Rafael Simancas
   
    Claro que la frasecita de Castro merece una recriminación, y claro que está obligado a pedir disculpas. Pero el caso es que el regidor ya ha retirado sus palabras, ha explicado que se pronunciaron en un momento de máxima distensión y dentro de un contexto y en un ambiente agradable y ha pedido perdón a los ofendidos. ¿Qué más quiere el Partido Popular de Madrid? ¿Qué se coloque un cilicio mientras se fustiga con el látigo de siete colas?
    
    Es hora de que empecemos a tener la fiesta en paz. La boutade de Pedro Castro bien pagada está ya, y en honor a la estabilidad no se le puede infringir a tan mínimo delito el castigo de lesa humanidad que le demandan desde Esperanza Aguirre hasta Francisco Granados. No parece lógico que, después de haber pedido perdón como ha hecho Castro, reconociendo el ‘suya-culpa’, se aproveche ahora el episodio para exigirle la dimisión como presidente de la FEMP o los alcaldes populares abandonan el organismo, colocando a esta institución –fundamental en estos momentos- en una crisis tan grave como lo está nuestra economía.

    Señores, recobremos un poco la sensatez política: tírese de las orejas al señor Castro por mal chistoso, zafio y desfasado, acéptese el perdón que ha demandado y pónganse a trabajar todos juntos para sacar a este país de la grave crisis en la que se encuentra metido. Tres millones de parados se lo agradecerán: a ellos les importa más que se haga un buen reparto de los 8.000 millones para los Ayuntamientos que las sandeces políticas y los polítiqueos de baja cama que los mismos originan.
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