“EEUU no puede permitirse la quiebra de la industria automovilística", afirma el presidente electo Barak Obama

El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha inclinado hoy la balanza un poco más a favor de la maltrecha industria del motor al asegurar que el país no puede permitirse la quiebra de los tres grandes de automóvil.
   
El líder demócrata presiona de este modo al Senado estadounidense, que  debate si aprueba o no el plan de rescate del sector automovilístico después del visto bueno que recibió ayer el proyecto en el Congreso.
   
Durante la rueda de prensa que ha dado hoy en Chicago, Obama ha mostrado su preocupación y su compromiso para garantizar «los intereses de los contribuyentes», pero también ha dejado claro que la primera potencia del mundo no está preparada para soportar las consecuencias de una quiebra a tres bandas en Detroit.
 
Si General Motors, Ford y Chrysler se declaran en bancarrota esto tendría «un efecto dominó destructor» sobre el resto de la economía estadounidense. A pesar de las constantes advertencias de los economistas advirtiendo sobre los efectos negativos que tendría la quiebra de estas tres empresas para EEUU, lo cierto es que un amplio sector de los contribuyentes estadounidenses es reacio a rescatarlas.
 
Uno de los principales detractores es el propio presidente de EEUU, George Bush, que en numerosas ocasiones ha asegurado que el Gobierno no destinará el dinero de los estadounidenses a rescatar empresas que no sean capaces de demostrar su solvencia a largo plazo, más aún después de los 700.000 millones de dólares que la Administración ha destinado a rescatar al sector financiero.
 
En este sentido Obama ha asegurado hoy que entiende "el enfado y la frustración" acerca de la situación actual pero ha reiterado la importancia de una asistencia pública a corto plazo para GM, Ford y Chrysler que, no obstante, tenga en cuenta los intereses de los contribuyentes. El presidente electo ha asegurado que el plan de rescate de 15.000 millones de dólares representa un "paso adelante". Aunque el plan se encuentra ahora pendiente de la votación en el Senado, el futuro mandatario ha expresado su optimismo en que pueda verse aprobado esta misma semana.