El presidente electo de EEUU Barak Obama ha osado -pensará Bush- pedir a los actuales inquilinos de la Casa Blanca la posibilidad de instalarse en la casa de invitados unas semanas antes de la 'mudanza oficial' para que sus hijas puedan comenzar sin más demora el curso escolar en el colegio en Washington.
La respuesta ha sido contundente y concisa, pero nada clara: "la casa está ocupada". Sin especificar qué insignes invitados estarán durante todo este tiempo, el gabinete ha aclarado que la llamada Blair House tiene previsto ser el centro de recepciones de la administración saliente coincidiendo con los días previos a la toma de posesión. Unas excusas que en todo caso podrían haber ido acompañadas de una solución alternativa como respuesta digna del próximo presidente del país, pero que no lo han sido.
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