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Wal-Mart, la crisis, las oportunidades y el oportunismo

Wal-Mart, la crisis, las oportunidades y el oportunismo

martes 06 de enero de 2009, 02:26h
La oferta pública de acciones hacia finales del 2008 de Wal-Mart, la principal cadena de supermercados del mundo, por D&S, el mayor operador chileno en este rubro, es una muestra más del proceso de concentración y acumulación del capital mundial. Un negocio que podría superar los dos mil millones de dólares –la oferta por el cien por ciento de D&S es por 2.600 millones- cuya única curiosidad es haberse consolidado durante el desarrollo de la crisis, a las puertas de una profunda recesión.

Wal-Mart no sólo es la primera cadena de supermercados de Estados Unidos. Es también la primera en el mundo y la principal empresa estadounidense. Detenta el primer lugar en el ranking de empresas, con una facturación anual de 375 mil millones de dólares, más de siete mil establecimientos y 2,1 millones de empleados. D&S, en tanto, aun cuando no es la principal firma chilena, es la mayor cadena de distribución minorista, con el 33 por ciento del mercado. Le sigue Cencosud con 31 por ciento y SMU (Unimarc y otras marcas), con un 15.

El 2008 terminó con un gran negocio. Y ese monto, incluso, ha sido registrado y ostentado como una cifra del retorno de la inversión extranjera en Chile. En un alarde sin sentido en medio de la crisis, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, celebró esta operación y dijo sin pudor: "Chile va a recibir una inversión extranjera directa de aproximadamente ocho por ciento del PIB en 2008. Son sólo cuatro o cinco países del mundo que están en esta situación". Y también agregó: "La inversión extranjera en Chile sigue adelante. Algunas de las principales empresas extranjeras del mundo en minería, en electricidad y ahora en el retail creen en el mercado chileno y van a participar en él". El neoliberalismo, aquí, campea a sus anchas.

Pero mirar las cosas desde aquel punto de vista es inducir al engaño. Es un simple negocio entre gigantes, que se reparten la mejor tajada de un buen pastel. Lo que Wal-Mart ha venido a comprar a Chile es una actividad consolidada y altamente concentrada. Es un negocio seguro, en el cual D&S, con sus marcas Líder, puede determinar la evolución de los precios. De hecho, la Fiscalía Nacional Económica impidió el año 2007 la fusión entre D&S y Falabella no por la extrema concentración per se, sino por sus efectos sobre los precios: tantos los que cobra a los consumidores finales como los que paga a sus proveedores.

No se trata de crecimiento, sino de consolidación y concentración. Un proceso que generalmente conlleva todo tipo de adaptaciones internas, con efectos sobre los salarios y los empleos de los trabajadores. No hay sector de la economía que no haya sufrido este proceso –desde todos los servicios básicos, los financieros, la producción y la distribución- , el que también ha tenido fuertes efectos sobre las tarifas, los precios de los bienes y servicios, y sobre la economía en general. La crisis actual es en gran medida una consecuencia del poder casi ilimitado que han obtenido las grandes corporaciones, un efecto más de la desregulación total de los mercados. No cabe hoy duda que la crisis económica que padecemos ha surgido de la liberalización total, de la entrega de todo el poder a las grandes compañías.

Grandes negocios en tiempos de crisis. Hace unas semanas se detectó que parte de los dineros entregados como salvavidas a los bancos habían derivado a nuevos negocios, a fusiones y adquisiciones. Los bancos estaban comprando con el dinero público otros bancos para consolidar mejor sus propias posiciones. Tenían como condición la devolución de liquidez a los mercados, a las empresas, a los consumidores, pero optaron por otros negocios. En suma, se estaban beneficiando con la crisis, la que tendrán que pagar otros.

La compra de D&S por Wal-Mart no tiene relación alguna con los rescates. Pero sí la tiene con la crisis. Hay, y siempre ha sido así, algunos que se benefician. Y esos beneficios son a costa de los otros, a costa de la confusión y del desorden. Un claro ejemplo ha sucedido con los precios de los alimentos, objetos durante todo el año pasado de especuladores. Pudo observarse y padecerse un fuerte periodo de alzas durante los meses previos a la crisis, tendencia que se ha alterado radicalmente en el último tiempo: "En las dos primeras semanas de diciembre, los precios del trigo y los cereales secundarios se situaron en una media que fue respectivamente de 40 y 20 por ciento más baja que la media de diciembre del pasado año" informó la FAO hacia la segunda semana de diciembre. ¿Pero qué ha sucedido con los precios que llegan al público? Hace un par de meses, La multinacional Nestlé incrementó 4,4 por ciento los precios de sus productos en todo el mundo, y en América Latina 8 por ciento. En Chile, si revisamos los índices de precios, los alimentos subieron un 14,2 por ciento entre enero y noviembre del 2008. Para esto también sirve la concentración de los mercados.

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Paul Walder
Periodista
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