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¿Crisis en los medios o medios en crisis?

¿Crisis en los medios o medios en crisis?

domingo 18 de enero de 2009, 03:14h
Los medios de comunicación aparecen como un sector altamente sensible a las oscilaciones de la economía. Como lo son también los sectores de la construcción, el exportador, el de bienes de consumo durable, los medios de comunicación escritos (pero no sólo los escritos) han comenzado a exhibir su vulnerabilidad ante la crisis. Y lo hacen como cualquier industria productiva: con recortes de los costos laborales y en la misma producción.

Lo que comenzó hace unos meses la cadena de El Mercurio, con énfasis en sus diarios regionales, ahora lo ha retomado La Tercera, primero con podas masivas en las áreas administrativas y desde la última semana de diciembre también con la periodística. En el proceso de cortes, disminuye el número de páginas y desaparecen suplementos completos, como lo han sido –hasta la fecha- los de cultura e hípica.

Tras los diarios ha seguido la televisión. En un escandaloso operativo, La Red cerró entre Navidad y Año Nuevo su departamento de prensa, una maniobra que significó el despido de 40 personas, entre periodistas, reporteros gráficos y otros especialistas.

Hay, al menos, tres aspectos, que son también argumentos, para estos despidos masivos: el alza del papel, sobre el diez por ciento; caída de las ventas y, especialmente, contracción de la publicidad, la que ya durante el primer semestre había bajado casi un tres por ciento en diarios y un siete en revistas. En los tres casos, se trata de efectos de la crisis, los que se amplificarán durante el año. En principio, si hay algún gasto prescindible sería la compra de periódicos y revistas, que se añadiría a los bienes y servicios suntuarios. Pero en esta materia hay matices porque el negocio de los grandes medios está en la publicidad.

El fenómeno se veía venir hace meses. Afecta ya con fuerza a la prensa estadounidense y europea. Hacia comienzos de diciembre la revista Newsweek (de propiedad del Washington Post) anunció una fuerte reducción en el número de páginas, en el tiraje (entre 500 mil y un millón de ejemplares menos) y en el personal. Un golpe que también resienten los diarios: hacia finales de noviembre la compañía editora del Chicago Tribune y Los Angeles Times se acogió a la ley de quiebras para renegociar un pasivo de doce mil millones de dólares. The New York Times, en tanto, pese a ser uno de los principales y más influyentes diarios del mundo, también pasa por problemas y anunció que pondrá como garantía su sede en Manhattan para obtener un crédito por 225 millones de dólares. Suma y sigue: durante el 2008 se estima que unos tres mil periodistas perdieron sus empleos en Estados Unidos.

En España los grandes diarios y consorcios sufren trances similares. Por primera vez en una década, la inversión en publicidad ha bajado en más de un 16 por ciento, lo que ha derivado de forma directa en una reducción de los ingresos de la prensa escrita. Una contracción que ha tenido sus inmediatos efectos en el recorte del personal, desde administrativos a periodistas.

Hay más datos relevantes. Los medios de comunicación escritos habían logrado sólo hace un par de años atrás la superación de los problemas que arrastraban desde comienzos de la década pasada. Con la recién iniciada recesión, los pronósticos son muy oscuros y es posible que muchos medios no la resistan. Consorcios como el grupo Prisa –editor del diario El País- cerró hace un mes sus canales de televisión Localia, con la consecuencia de unas 300 personas despedidas. Otro de los grandes, el Grupo Z –edita la revista Interviú y El Periódico de Cataluña) recortó la plantilla en unas 500 personas. Y lo mismo con el grupo Vocento, editores de ABC y dueños de muchas emisoras de radio y también con los periódicos gratuitos distribuidos en trenes y en los metros. Rotativos como ADN, Metro, 20 minutos y Qué! están en una complicada situación.

Los medios escritos han vivido sus propias crisis durante las últimas décadas. Crisis estructurales derivadas de los cambios tecnológicos. La televisión, internet, han afectado a la prensa escrita alterando no solo su estructura organizativa y comercial, sino también sus contenidos y su sentido. La actual crisis, que ha comenzado a exhibir toda su profundidad, afectará a los medios escritos también en todos estos aspectos. Tanto, que algunos podrían resultar irreconocibles.

Los cambios previstos por la revista Newsweek no sólo apuntan a la reducción del tiraje, de las páginas y de los periodistas. Apuntan a cambiar sus contenidos. Según una nota aparecida en el Wall Street Journal (WSJ), el Newsweek se convertirá en una revista con menos reportajes, con más fotos y más columnas de opinión. El semanario ha cambiado su propuesta editorial que enfatizaba el reporteo y grandes coberturas temáticas –que requería de muchos corresponsales- por un periodismo más provocativo, más interpretativo. Newsweek, dice el WSJ, está observando el estilo de The Economist, una revista que ha sabido mantenerse a flote con un estilo basado en la conducción e interpretación de los temas de actualidad. En el análisis.

Pero ese es Newsweek inspirado en The Economist. En nuestras latitudes las diversas crisis de los medios han dado origen a otro tipo de periodismo, tal vez interpretativo pero con certeza más básico, sesgado, artificial. El periodismo chileno vive una permanente crisis estructural y de contenidos.

Una crisis como la que se ha adelantado, que les reste a los grandes medios buenas porciones de sus ingresos publicitarios, podría generar cambios, pero ninguno de ellos, por muy impredecibles que sean, mejorará la actual y desequilibrada estructura mediática.

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Paul Walder
Periodista
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