Más historias de espías en Madrid

A lo largo de la última semana, ha ido creciendo el escándalo suscitado por la revelación de seguimiento de personalidades de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, ordenado y efectuado por algún "servicio de inteligencia" al margen de la legalidad vigente, y nos e sabe bien al servicio de qué o de quién. A las revelaciones anteriores de seguimiento de Ignacio González, Manuel Cobo, se añaden hoy dos nombres más; los del ex consejero Alfredo Prada, y el del presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa. Muchos datos avalan la sospecha de que "quien sea" el "promotor de estas tareas", tiene algo que ver con la crisis de la caja de ahorros madrileña, sobre la que vienen manteniendo un severísimo duelo los seguidores de Aguirre y de Gallardón para controlar tan suculento bocado económico, financiero y de influencia...

El diario El País fue el primer medio que puso la pista sobre estas operaciones, al revelar la existencia de seguimiento del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, lo hizo al día siguiente de relatar que el también consejero de Interior de la misma comunidad, Francisco Granados, había puesto en marcha un servicio de seguimiento, o grupo de espías, para tener noticia directa y propia de algunos movimientos de personajes. Aún no se ha conocido explicación alguna sobre estas actuaciones, ni quién las ordena ni con qué propósitos. Después, Ignacio González y a continuación, Manuel Cobo, uno y otro, los dos "hombres fuertes" y personajes de la máxima confianza de Aguirre y Gallardón, respectivamente. 

Hoy aparece en estas listas de seguimiento el que fue consejero Prada, destituido por Aguirre por haberse inclinado a favor de Rajoy en la pelea previa al Congreso del PP de Valencia. Revela El País que Prada fue vigilado en los meses previos a ese conflictivo congreso, cuando el dirigente popular, hoy con despacho en la sede del PP, apoyó a Rajoy frente a su "jefa" Aguirre. Resulta que Prada estaba siendo controlado o vigilado al mismo tiempo que el vicealcalde Cobo, también en oposición a la política o estrategia de Aguirre... Y por si fuera poco, otra información  del diario El Economista revela que ex agentes de policía espiaron a Blesa en plena lucha interna en Caja Madrid. Blesa habría sido  seguido en la vía pública, en compañía de su círculo íntimo. Añade esta información que la Guardia Civil cree que hay agentes en activo que han seguido a altos cargos en el PP regional.

El escándalo es mayúsculo, como cae suponer, y en las últimas horas se han visto forzados a intervenir y reclamar explicaciones tanto  el alcalde Gallardón como el primero de todos los mencionados, el consejero de Justicia e3 Interior, Granados, hombre de plena confianza de Aguirre, y de quien se ha sospechado que pudiera estar en el origen de todo el escándalo.  Granados, curiosamente, denuncia una operación de acoso y derribo  contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid, y apunta que no es descabellado que la crisis de Caja Madrid esté detrás de la trama.

Y en cuanto al alcalde Gallardón, ha criticado la existencia de ese "cuerpo parapolicial" del que sería responsable el consejero Granados, y ha exigido responsabilidades  por esos casos. Gallardón pregunta quién dio la orden de espiar y quién lo pagó. Así las codas, y en este "todos contra todos en el PP de Madrid", Rajoy ha exigido a Aguirre que aclare la trama del espionaje en Madrid. Y se da por hecho que "rodarán cabezas en el PP de Madrid" si se demuestra el espionaje político, mientras las dos fracciones enfrentadas denuncian ante la fiscalía las vigilancias ilegales.

¿Qué final tendrá este turbio asunto, quién mueve los hilos, con qué propósitos? ¿Qué cabezas rodarán en el PP?