Bajo el lema "queremos conciliar la vida familiar", los sindicalistas, en su mayoría mujeres, han expresado su protesta con cánticos y pitos, y han recibido muestras de solidaridad de los clientes que acudían a comprar.
El sindicato CCOO, convocante de la protesta, ha denunciado la apertura de Carrefour ante la autoridad laboral competente, por considerar que la dirección de la empresa incumple el Estatuto de los Trabajadores al modificar las jornadas laborales establecidas sin consultar a los representantes sindicales.
La modificación de jornadas afecta a 550 trabajadores del centro de Carrefour y a los 250 trabajadores de Alcampo, así como a otros trabajadores de grandes empresas multinacionales de distribución con sede en Alcobendas, según CCOO.