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Malas perspectivas para 2009 y 2010

Malas perspectivas para 2009 y 2010

domingo 15 de febrero de 2009, 12:11h

No es que no mejoren, es que empeoran. Respecto a la situación actual y las perspectivas a corto de la economía española, en un contexto global en el que se multiplican las alertas negativas, el pesimismo es ya actitud común de prácticamente todos los analistas. Contracción de actividad, caída del PIB y deterioro del empleo son los pronósticos generalizados, a la vista de lo que dicen y sugieren los indicadores económicos. Así, la versión más actualizadas y reciente de la batería de indicadores del prestigioso Gabinete de Coyuntura y Estadística de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS), nos indica que todo apunta a un empeoramiento de la situación económica y a una severa contracción de la actividad.

FUNCAS relaciona una serie casi interminable de malas noticias: la caída más intensa de la historia en matriculaciones de automóviles, el retroceso de la cartera de pedidos de bienes de consumo, el hundimiento del indicador de confianza del consumidor, coherente con el retroceso de las ventas minoristas, el desplome de la formación bruta de capital en bienes de equipo, la intensificación del ajuste del sector inmobiliario, la contracción persistente del número de hipotecas constituidas sobre viviendas, la caída de la inversión en construcción que revela el retroceso del consumo de cemento, el empeoramiento de los registros del sector servicios, por el deterioro de actividad en el turismo que se muestra en las cifras de entradas de turistas y de pernoctaciones. En definitiva, un resumen de situación realmente peor que malo.

Como casi único dato positivo, y a consecuencia del programa de apoyo a las infraestructuras municipales, las previsiones de crecimiento para los próximos dos años pasarían de caídas previstas del PIB de 3,5% en 2009 y 1% en 2010, a 3% en 2009 y 0,5% en 2010, lo que no llega a ser una buena noticia, pero suaviza un poco la mala noticia, sobre todo cuando se parte de una caída inter-trimestral del PIB del 5% en este primer trimestre de 2009.

En el mejor de los casos, las tasas inter-trimestrales del PIB empezarán a ser levemente positivas a partir del segundo trimestre de 2010 si se restablezca suficientemente la normalidad en el funcionamiento del sector financiero, aunque las tasas interanuales seguirán siendo negativas por lo menos hasta el tercer trimestre de 2010 incluido. El pronóstico de FUNCAS estima que también en el último trimestre de 2010 empezará a apreciarse alguna recuperación del consumo. En cambio, se muestran menos optimistas respecto al sector inmobiliario, cuyo ajuste consideran que se puede prolongar varios años.

Se aprecia también en los indicadores que la tasa de ahorro de los hogares se está recuperando y podría ascender hasta el 16,3% este año y el 17,3% en 2010. En cambio, el déficit de las cuentas públicas es ominoso y podría aumentar hasta el 7,4% este año y hasta el 9,3% en 2010. El retroceso de la inversión unida a una práctica estabilización de la tasa de ahorro nacional se traducirá en una importante corrección de la necesidad de financiación frente al resto del mundo hasta el 5,6% en 2009 y el 5,3% en 2010.

Pero la parte peor, como ya se empieza a cobrar conciencia, se la llevan los indicadores de empleo, que seguirá descendiendo este año y el próximo, con reducciones importantes del número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo y consiguientes avances de la productividad por ocupado. Se estima un ascenso de la tasa de paro media anual hasta el 17,2% en 2009 y hasta el 19,8% en 2010, llegando al 20,4% la tasa del cuarto trimestre de 2010.
 
Frente a esta inquietante perspectiva económica para los próximos dos años, las posiciones expresadas por los dirigentes políticos son muy diferentes y distantes, incluso no pocas veces ajenas al fondo del problema.

Así, mientras el Gobierno expresa su convencimiento de que puede gestionar y conducir la crisis y suaviza, sin otras razones que el voluntarismo y la propaganda, las previsiones, como si fuera otro país respecto al que describen los pronósticos de los analistas independientes, sólo CiU, a través de su portavoz parlamentario Josep Antoni Duran i Lleida, ha puesto énfasis en la conveniencia de unos nuevos “pactos de La Moncloa”, que de alguna manera supusieran la implicación concertada de todos los partidos políticos y organizaciones sociales en la lucha contra la crisis económica, para lo que no ha encontrado eco en el resto de las fuerzas políticas parlamentarias, enredado como está el PP en sus propios conflictos internos, hasta un punto que hace verdad la terrible frase de “IL DIVO” Andreotti: “Cierto que el poder desgasta, pero su falta desgasta mucho más”. Sí, parece que también por estos pagos la oposición desgasta mucho, casi más que el poder. 

Algunos tenemos la impresión de que se extiende y crece por el país la indignación por la visible incapacidad de nuestros políticos para anteponer, aunque sólo sea a tiempo limitado, los intereses generales a sus pequeñas rapacidades. No es asunto para tomarlo a la ligera, porque, a partir de cierto nivel de paro, agravado por el deterioro general de la calidad del empleo, no es sólo que se deteriore la convivencia, es que pueden aflorar serios problemas de convivencia civil.


 

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