sábado 21 de febrero de 2009, 02:49h
Pocos medios de comunicación repararon en las últimas declaraciones del presidente Alan García. Desde el Cusco el mandatario, mientras la opinión pública estaba al tanto del cambio en el ministerio del Interior, exhortó a los presidentes regionales, alcaldes y responsables de las instituciones públicas para que ejecuten las obras de desarrollo sin esperar los respectivos permisos de Lima “ni de la burocracia”.
“Me dirijo a todas las autoridades: construyan, gasten, edifiquen escuelas, edifiquen hospitales, no esperen el permiso de Lima, aquí los autorizo a construir hospitales, pequeñas carreteras, yo me encargaré de que después se regularice todo eso”. (...) A todos los alcaldes, no esperen el permiso del ministro, ni de Economía, ni del presidente”, aseveró.
La pregunta sería ¿a partir de la fecha a qué se dedicará el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP)?. El SNIP, se sabe, es un órgano del Ministerio de Economía, cuyo objetivo está ligado a asegurar la calidad de las inversiones y su coherencia con las prioridades del desarrollo nacional. Este llamado como discurso retórico podría sonar bien. En el plano real solo suena a demagogia.
Si (
No(
