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Un informe sobre Derechos Humanos vuelve a calentarlas

Las relaciones entre Bolivia y EEUU vuelven a tensionarse

Las relaciones entre Bolivia y EEUU vuelven a tensionarse

viernes 27 de febrero de 2009, 04:49h
La estatal ABI manifiesta que las relaciones de Bolivia y Estados Unidos volvieron a tensarse el jueves después que el Departamento de Estado estadounidense criticara unilateralmente la situación de los derechos humanos en el país sudamericano y que el gobierno del presidente Evo Morales fundamentara sus acusaciones sobre una supuesta infiltración de la CIA en la principal empresa del Estado boliviano.

    La relación bilateral, fría desde que en setiembre último Morales expulsara al embajador de EEUU en La Paz, Philip Golberg, acusándole de conspirar contra la democracia criolla, pareció deteriorarse más aún después que Washington divulgara, un informe en que criticó el respeto de los derechos humanos en Bolivia, lo que encendió la reacción de La Paz.

    El viceministro de la Presidencia de Bolivia, Sacha Llorenti, instó a su la contraparte a mirar "la biga en el ojo propio", en alusión a las torturas en Guantánamo, el bloqueo cincuentenario a Cuba y las muertes en las guerras de Irak y Afganistán.

    En la misma línea crítica, el portavoz boliviano Iván Canelas tachó la autoridad moral de Estados Unidos para juzgar la situación de los derechos humanos en el país andino.

    "Cómo podríamos darle valor a un informe de esta naturaleza, un informe parcializado que no pregunta la opinión del país al que se está refiriendo y, segundo, cómo le podemos dar valor a este informe si nosotros tenemos información pública que se generaban grandes violaciones a los derechos humano en Guantánamo", contrarrestó.

    Canelas esgrimió la protección que EEUU otorga al cubano Alfredo Posada Carriles, acusado de volar un avión comercial cubano con más de 100 pasajeros a bordo y que actualmente anda libre e impune en Miami.

    La relación bilateral tendía a degradarse pese a que La Paz abrigó esperanzas de restañarla con la llegada del presidente demócrata Barack Obama a la Casa Blanca, en enero último. De su parte, Lorrenti insistió en que Washington busca atacar y mellar la imagen del Gobierno de Morales.

    "Leyendo detenidamente se puede concluir que es un informe sesgado, parcializado que simplifica la realidad nacional en un documento tendencioso y que lo que intenta es atacar y mellar la imagen del Gobierno nacional", fustigó.

    El Departamento de Estado de EEUU presentó el miércoles en La Paz un informe en el que destaca que "aunque el gobierno (de Morales) en general respetó los derechos humanos de los ciudadanos, hubo problemas en algunas áreas".

    Planteó supuestos "abusos por parte de fuerzas de seguridad; duras condiciones carcelarias; arrestos y detenciones arbitrarias".

También, ataques contra el Poder Judicial; amenazas a las libertades civiles, incluyendo los derechos legales y la libertad de prensa; uso excesivo de la fuerza y otros abusos en conflictos internos; corrupción y falta de transparencia en el Gobierno".

    Canelas deploró que el informe encubre la situación, entre otros, de un comentarista, fiero opositor de Morales, que llamó en su programa de televisión a dar muerte al mandatario y al vicepresidente Alvaro García.

    El Viceministro acotó que este documento forma parte de la lógica imperial que sigue Washington. "Es una serie de datos falsos, mentiras de las que habla el informe. A nosotros nos sorprende cómo, supuestamente, se hace público este tipo de informes sin tener una base documental seria, sin trabajos detallados, sin la posibilidad de que haya un contraste de información", denunció.

    Después de enrrostrar las actuaciones de EEUU en Medio Oriente, Llorenti recordó que en ese país también protege actualmente al ex presidente ultraliberal boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada y su ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, acusados por genocidio en los hechos violentos ocurridos entre septiembre y octubre de 2003 en Bolivia.

    El nuevo episodio de la quebrantada vinculación entre Washington y La Paz se registró después que Morales denunciara la infiltración de la CIA en la empresa estatal de petróleos bolivianos (YPFB) y acudió a pruebas documentales para demostrarlo.

    No obstante, la encargada de Asuntos Públicos de la Embajada de EEUU en La Paz, Denisse Urs, dijo que las acusaciones del mandatario boliviano carecían de fundamento.

"Rechazamos esa acusación sin fundamento y sin prueba alguna", argumentó Urs, un día antes que Morales emplazara a su país explicar el papel que desempeña un supuesto agente de la CIA de origen mexicano, que "entra y sale de Bolivia" y los contactos que desarrolla en el país sudamericano.

   "Si algún funcionario de la embajada de Estados Unidos dice que no hay ninguna infiltración (en Bolivia), que me diga públicamente quién es Francisco Martínez, un mexicano que entra y sale de Bolivia, que me diga con quiénes se contacta", desafió el mandatario durante un acto público el jueves en La Paz.

    Morales señaló al ex policía boliviano Rodrigo Carrasco como punta de lanza de la agencia de inteligencia de EEUU y de la infiltración en YPFB.

    "Decirle a los representante de la embajada de Estados Unidos: sabemos exactamente qué quieren", sostuvo el dignatario, empeñado en demostrar las puntas de penetración de la CIA en Bolivia y que a fines de 2008 expulsó a las agencias estadounidense DEA y USAID, después de correr también a Golberg, al que acusó del conspirar contra su gobierno, por sus aproximaciones con el ala más radical de la oposición boliviana.

    "Que alguien niegue que este ex capitán de la policía nacional no es de la CIA, que no hay infiltración de la CIA en las estructuras del Estado", repechó el gobernante que ventiló la foja de servicios de Carrasco, quien recibió durante una década formación en inteligencia, seguridad y comunicaciones en centros estadounidenses.

   

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