Los vecinos del madrileño barrio de Vallecas celebraron el tercer aniversario de los atentados del 11-M con dos actos de homenaje a las víctimas en las estaciones de El Pozo y Santa Eugenia, en donde las explosiones causaron 89 víctimas mortales.
Cerca de 700 personas acudieron al acto organizado por la Asociación de Vecinos del Pozo del Tío Raimundo en la primera de las estaciones, en el cual se leyó un manifiesto y se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos.
El presidente de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Vallecas, Félix Palomo, leyó el manifiesto en el que se expresaba el "apoyo, recuerdo y solidaridad" de los vecinos a las víctimas y se anunciaba que la Coordinadora promoverá la construcción de dos monumentos en las estaciones de El Pozo y Santa Eugenia.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Vecinos del Pozo del Tío Raimundo, Gabriel del Puerto, declaró que el objetivo de la concentración es "simplemente no olvidar y recordar a las víctimas y a sus familiares". En la misma línea se expresó una joven de unos 25 años de edad e iniciales T.M, que acudió al acto únicamente para "poner una vela en recuerdo de un amigo que viajaba en los trenes y murió" y un vecino del barrio, de unos 50 años de edad, que definió la concentración "como un homenaje a las víctimas".
El acto se cerró con un aplauso por parte de los asistentes, muchos de los cuales portaban los claveles rojos y lazos de color blanco que previamente había repartido la Asociación de Vecinos.
En la estación de Santa Eugenia, unas 250 personas acudieron a la convocatoria de la Asociación La Colmena para guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas, efectuar una ofrenda floral y realizar una marcha silenciosa por las calles del barrio. La presidenta de la Asociación La Colmena, Marisa García, explicó que el objetivo de la concentración era recordar a nuestros 22 vecinos fallecidos, a todas las víctimas del 11-M y a todos los muertos del mundo por culpa del terrorismo o la guerra".
Muchos de los participantes en la concentración de Santa Eugenia portaban un cartel en el que podía leerse "No al terrorismo. No a la guerra. En mi nombre ni un muerto más" y los claveles rojos con los que luego realizaron la ofrenda floral. En ambas estaciones había un improvisado altar, rodeado de velas, ramos de flores, coronas fúnebres, retratos de algunas de las víctimas, imágenes religiosas y mensajes y dedicatorias manuscritos.
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