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Toma su tiempo el gobierno alemán para decir sobre Opel

Toma su tiempo el gobierno alemán para decir sobre Opel

martes 03 de marzo de 2009, 00:15h

Toma su tiempo el gobierno alemán para decir sobre OpelEl gobierno alemán se tomará tiempo para decidir sobre posibles ayudas financieras a la automotriz Opel, declaró hoy el ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg.

"Vamos a examinar, a evaluar y sobre esta base se verá si hay una decisión y cuál será", aclaró el ministro al término de una reunión en Berlín con directivos de Opel.

El presidente de General Motors Europa, Carl-Peter Forster, el presidente de Opel, Hans Demant, y el presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz, presentaron al ministro un plan de saneamiento con el que aspiran a obtener ayudas y avales del Estado.

Guttenberg dijo que el gobierno necesitará tiempo para analizar los detalles del plan y anunció un viaje a Detroit a mediados de marzo para hablar con la directiva de General Motors y representantes del gobierno estadounidense.

El plan de rescate de Opel contempla un desmembramiento considerable de la atribulada General Motors y la formación de una sociedad europea que abarque las marcas Opel y Vauxhall con la participación de General Motors e inversores particulares.

Según los cálculos, la automotriz alemana necesita más de 7.000 millones de euros (8.700 millones de dólares) para poder seguir operando. Del Estado alemán, la compañía espera recibir ayudas por 3.300 millones de euros (4.100 millones de dólares).

Asimismo, planea recortes de 1.200 millones de euros (1.500 millones de dólares).

El pedido de ayuda de Opel es un tema que ha generado divisiones incluso dentro de los mismos partidos políticos, como la democracia cristiana de la canciller Angela Merkel.

El jefe de gobierno de Baden-Württemberg, el democristiano Günther Oettinger, se opone categóricamente a cualquier intervención estatal. "Opel rompería el dique y después le seguirían otras", dijo el político, que propone que los bancos que vean futuro en la empresa la ayuden con garantías y avales.

También otras automotrices alemanas se han opuesto a la intervención estatal por considerar que distorsiona la competencia.

Los jefes de gobierno de Renania del Norte-Westfalia y Hesse, los democristianos Jürgen Rüttgers y Roland Koch, en cuyos estados están asentadas plantas de Opel, no descartan la ayuda estatal bajo estrictas condiciones, mientras que Peter Müller, jefe de gobierno democristiano del Sarre, cree viable la participación estatal.

El democristiano Christian Wulff, mandatario de Baja Sajonia, instó a sus pares de la clase política a emprender medidas para que "Alemania siga siendo el primer país automovilístico". Wulff, cuyo "Land" posee el 20 por ciento de Volkswagen, llamó también a los demás fabricantes automotores alemanes a participar en Opel.

"Así como Porsche entró en Volkswagen no habría que descartar alguna forma de intervención en caso de que Opel se independice", dijo Wulff al diario "Handelsblatt".

El titular alemán de Economía, Guttenberg, quiere asegurarse en particular de que el dinero del Estado alemán no vaya a parar a la casa central en Estados Unidos y de que esta ayuda no signifique la pérdida de puestos de trabajo en otras plantas.

El ministro insistió en que mucho dependerá del plan que presente General Motors probablemente a fines de marzo.

Opel no prevé separarse por completo de GM para mantener el acceso a tecnologías y aprovechar las sinergias del grupo. Además, casi todas las patentes de Opel están en manos de la matriz estadunidense.

Con cerca de dos millones de automóviles fabricados por año, Opel no es lo suficientemente grande como para subsistir por cuenta propia en Europa. La empresa emplea a unos 25.000 empleados en cuatro plantas alemanas, así como a 7.300 en Zaragoza, España, 3.700 en Amberes, Bélgica, y 4.100 en la polaca Gliwice.

 


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