EEUU aguarda una exlicación "coherente" sobre las expulsiones

El secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Thomas Shannon, se refirió así a la declaración como persona non grata del segundo secretario de la Embajada de EE.UU. en La Paz y otras medidas anteriores como la expulsión del embajador y la suspensión de la actividad de la Agencia Antidroga.

"Para que los países pueden crear un tipo de cooperación y colaboración que se ajuste a sus necesidades (...), necesitamos un diálogo diplomático pleno y de alta calidad", señaló Shannon.

"Lamentablemente, hasta este momento, al buscar respuestas de los bolivianos sobre los asuntos que pudieran provocar sus acciones, no hemos recibido aún lo que consideramos una respuesta coherente", afirmó en una rueda de prensa en el Departamento de Estado.

Pese a ello, destacó, el Gobierno estadounidense seguirá dialogando con el Gobierno del presidente Evo Morales para tratar de resolver las tensiones y los temas que originaron el conflicto bilateral.

"Seguiremos hablando con los bolivianos en la esperanza de que podamos resolver los temas de fondo que han afectado nuestra relación", destacó Shannon.

En estas conversaciones, EE.UU. tendrá presente que al final, para poder tener una relación bilateral "positiva y coherente, los bolivianos tienen que estar preparados para dialogar con nosotros sobre temas que nos interesan, de la misma manera que dialogamos sobre asuntos que son importantes para ellos", dijo.

El pasado lunes, Morales declaró "persona non grata" al segundo secretario de la Embajada estadounidense en La Paz, Francisco Martínez, a quien acusó de conspirar con la oposición y estar vinculado con una presunta trama de espionaje urdida por la CIA.

La expulsión de este diplomático se produjo seis meses después de que el Gobierno boliviano pidiera también al embajador estadounidense, Philip Goldberg, que abandonara el país, también por presuntamente conspirar con la oposición en contra del presidente.

Washington respondió con la misma moneda y declaró persona non grata al embajador boliviano ante la Casa Blanca, Gustavo Guzmán, y además suspendió los beneficios arancelarios a Bolivia.

Previamente, Morales había suspendido ya las actividades de la Agencia Antidroga de EE.UU. (DEA). A esto se sumó que la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) tuvo que abandonar la zona del Chapare ante la amenaza de expulsión por parte de sindicatos cocaleros.