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Forenses encuentran restos de hachís y cocaína

Juzgan en Santander a los padres acusados de drogar a su hija de 17 meses

Juzgan en Santander a los padres acusados de drogar a su hija de 17 meses

miércoles 18 de marzo de 2009, 13:19h
El Fiscal pide para cada uno de los acusados más de doce años de prisión y la retirada de la patria potestad por seis años. La defensa alega que la droga llegó a la menor a través de la lactancia y pide la absolución total.

Un hombre y una mujer acusados de desatender a su hiha de 17 meses y suministarle estupefacientes están siendo juzgados desde este martes por la sección tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria. El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de los acusados penas de doce años y tres meses de prisión, así como la retirada de la patria potestad de la pequeña durante seis años.

    Durante el juicio, los distintos forenses que realizaron análisis toxicológicos determinaron que la menor presentaba indicios de un consumo repetido de cocaína y hachías. La presencia de estas sustancias, localizada a partir del análisis del cabello, fue achacada por los padres al hecho de que la madre consumía de forma esporádica durante el período de lactancia, que se prolongó hasta que cumplió un año. La madre también lo explicó como consecuencia de que en ocasiones, para limpiar el chupete de la menor, lo hacía metiéndoselo ella en la boca.

   Sin embargo, los forenses han descartado estas versiones. Si bien precisaron que los análisis encargados no permiten determinar la forma en que se suministró esta droga, sí ha quedado claro que las sustancias llegaron a metabolizar.

Alarma en el camping

La alarma saltó en julio de 2006, cuando los padres y su hija acudieron al camping La Arena, en Arnuero. De madrugada, mientras sus padres dormían después de haber bebido y sin percatarse, la niña salió de la tienda de campaña descalza y llorando. Fue la Guardia Civil, a instancias de otros campistas, la que logró despertar a sus progenitores. Los agentes que acudieron explicaron que la tienda de campaña, que olía a alcohol, estaba abierta, y que vieron a la madre con la cabeza fuera de ella, dormida sobre su propio vómito.

    Según describieron, el padre y la madre se encontraban "K.O. total". Fue necesario despertar al hombre con gritos, siendo el primero en despertar, pero "no coordinaba bien" y no fue hasta un rato después cuando preguntó por su hija. En cuanto a la madre, "no coordinaba nada" y no preguntó por el bebé.

    Estos hechos dieron lugar a los análisis toxicológicos del bebé,  cinco meses después de que la madre dejara de darle el pecho. Una de las forenses ha considerado que un plazo de seis meses sería "mucho tiempo" para que los efectos de la transmisión por vía materna continuaran.

   Además, indicaron que para que se transmitiera por el chupete, como apuntó también la madre, el consumo tenía que ser "reciente y muchas veces", y en cuanto al hachís, la transmisión se haría como los fumadores pasivos, teniendo que estar la niña en un ambiente en que se fumara esta sustancia.

   Tanto el padre como la madre han admitido ser consumidores esporádicos, pero han insistido en distintas ocasiones en que "nunca" lo hicieron delante de su hija, que no pudo tener acceso "en ningún momento" a la droga, ya que no la había en el domicilio, y que tampoco se la pudo suministrar otra persona que la cuidara.

    Ahora, el padre y la madre, que en la actualidad ya no son pareja sentimental, se enfrentan cada una a una petición de penas por parte del Ministerio Fiscal de diez años de prisión y multa de 300 euros por un delito contra la salud pública -por suministrar o facilitar sustancias a menores- y otros dos años y tres meses de cárcel por abandono de menores, además de a su inhabilitación para ejercer la patria potestad durante seis años.

Defensa

Las defensas -que ejercen cada uno de ellos por separado- reclaman su libre absolución al entender que pudieron cometer una negligencia, pero que para que sea un delito de abandono, tiene que hacerse de forma consciente.

 La defensa de la madre ha alegado, por su parte, que el no tener la custodia de la niña -la posee el padre de momento- es bastante daño, atendiendo a que "por el hecho de emborracharse" le han quitado la custodia de su hija. Sostiene, además,  que la droga llegó al bebé a través de la lactancia.

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