www.diariocritico.com

No todo es respetable

jueves 16 de abril de 2009, 01:43h

   Hay tradiciones que no son respetables. No lo es obligar a casarse a niñas con adultos. Como no lo es la ablación del clítoris. Como no lo es obligarlas a enclaustrarse en un burka. Como no lo es impedir que las mujeres conduzcan un coche. Como no lo es considerarlas permanentemente como menores de edad y hacer que sus vidas dependan primero de sus padres y luego de sus maridos, pero nunca de ellas.

   Algunos dirán que esto tiene que ver con la cultura de los pueblos, pero no es verdad. La cultura es una cosa y la tradición es otra. La cultura es creación pictórica, literaria, musical, etc, pero no hay un ápice de cultura en obligar a una adolescentes de catorce años a casarse con un adulto de cuarenta. Y eso es lo que se ha juzgado estos días en la Audiencia de Cádiz, donde un matrimonio mauritano residente en Puerto Real ha enviado a su hija a Mauritania obligándola a casarse con un primo lejano de cuarenta años y, además, la obligaron a consumar el matrimonio.

   La cría cuando regresó denuncio su situación apoyada por una familia española que la conocía desde su infancia. El caso es que el marido en cuestión se quedó en Mauritania pero cuando fue a verla a  Puerto Real volvió a obligarla a pasar por el lecho conyugal con la ayuda de la madre. A lo que parece, la madre, llamada Hawa Meint Cheit, se comportó de manera especialmente brutal con su hija para obligarla a cumplir sus obligaciones matrimoniales, es decir para que se acostara con su marido. La Audiencia la ha condenado a 17 años de cárcel y Hawa pide respeto para sus tradiciones y cultura.

   Pero la ley es clara al respecto y no se permite que a nadie se le case en contra de su voluntad y mucho menos a una niña o adolescente. Y si ya sabemos que eso es una tradición en algunos países, no podemos ser benevolentes con tradiciones que atentan a los más elementales derechos de humanos, no podemos ser tolerantes con tradiciones que no respetan la dignidad humana. Es por tanto un falso debate el que se plantea entre quienes piden comprensión hacia las tradiciones de otros pueblos cuando estas tradiciones constituyen una violación de los derechos humanos.

   No podemos dar un solo paso atrás en la defensa de los Derechos Humanos y, desde luego, no podemos mostrarnos benevolentes con tradiciones que consideran a la mujer poco menos que un objeto. Los inmigrantes que viven entre nosotros y que tienen tradiciones distintas han de saber que algunas de sus tradiciones chocan frontalmente con nuestra legislación y por tanto no pueden pedir que no nos demos por enterados cuando incumplen la ley.

   Además, no podemos permitir que nos importen tradiciones que suponen un retroceso en los derechos de la mujer o en los Derechos Humanos. Y, por favor, insisto, no confundamos "cultura" con "tradición" o normas religiosas. Bienvenidas sean todas aquellas manifestaciones culturales que nos enriquezcan como personas, que nos aporten nuevas manifestaciones literarias, musicales, escultóricas, filosóficas, pero eso es una cosa y otra muy distinta que nos digan que es "cultura" casar a una niña pequeña con un adulto. Eso es, lisa y llanamente, inaceptable y debemos de combatirlo. Así de simple.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios