Casos y cosas del México tecnológico

“Quien construye la paz, desecha la violencia como vía de solución de los problemas sociales” escuché con atención decir a un funcionario del gobierno federal en la presentación del programa de seguridad denominado “Plataforma México”, destinado para abatir la delincuencia o cualquier conducta que en términos de ley se traduzca en una desviación del Estado de derecho, sin embargo, y “entendiendo” la frase, no podemos hablar de paz en construcción, ni mucho menos de problemas sociales (que irremediablemente se miran a través de un cristal llamado justicia social) si no existe un verdadero compromiso gubernamental (y una reestructuración institucional) que garantice la plena existencia de la llamada justicia social.

Del otro lado, gente trabajadora y comprometida (me consta) con su empresa y con su país, externa con humildad y sencillez que en México convergen “…dos realidades paralelas, el México moderno, competitivo y globalizado (nos guste o no) junto a otro México de una economía rezagada, con bajos niveles de desarrollo y altos niveles de pobreza y marginación” (que igual nos guste o no, así es).

…Dos comentarios, dos comentarios que permiten percibir temores, ilusiones, realidades, retos, diferentes visiones, pero un mismo objetivo, son dos comentarios que me llevaron a dimensionar y cuestionar, para después reflexionar:

Es complejo dimensionar (y mucho más pretender descifrar) el hecho de que paralelamente existan dos realidades en el mismo México, por una parte, encontramos el éxito de una empresa como Microsoft, cuya presencia en México data de sólo 20 años y que ha logrado con esfuerzo y paciencia, no solo mantenerse como líder y punta de lanza de un voraz y delicado mercado, sino convertirse en una auténtica familia generadora de economía que día con día visualiza (y comparte) un mundo diferente, sin dejar de lado esas necesidades sociales que como empresa (con calidad humana), percibe, mención aparte merece esa encomiable vocación social que como familia realizan orgullosos y sin chistar, labor ésta, que en apariencia resulta “silenciosa” (y es que hay cuestiones que no se gritan o difunden, simplemente se hacen) pero que desde hace 20 años se deja “escuchar”.

Aquí es donde dejo de dimensionar (sin lograrlo) los logros de esa fiera tecnológica y empiezo a cuestionar (en función de aquella) la otra realidad, el otro hecho que ha permanecido y permanece innegable para el propio gobierno, es precisamente esa “labor gubernamental” (y no me refiero a instituciones de Estado, sino a servidores públicos) la que lesiona las buenas intenciones y lacera nuestra credibilidad y respeto hacia nuestros gobernantes, me explico, hace apenas unos ayeres se lanzó un programa educativo denominado “Enciclomedia”, cuyo objetivo era el de integrar y articular medios, recursos y herramientas relacionados con la educación primaria, a fin de enriquecer las experiencias de enseñanza y aprendizaje en el salón de clases, hoy, al parecer quedó olvidado y de los recursos otorgados ni hablar ¿eh?, ni el otrora Secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, ni la hoy Titular de dicho Despacho, Josefina Vázquez Mota, se pronuncian al respecto, es más, por ahí leí en la semana que ambos personajes tenían cierto resquemor de que Bill Gates en su visita relámpago a nuestro país, preguntase algo al respecto (o que “abriera esa window”), y este tuerto cuestiona: ¿de dónde el miedo?, ¿y el dinero (30 MDD) donado? ¿”ontá”?, esa es mi molestia, ese es mi enojo, ¿por qué no aprovechar ese tipo de oportunidades para educación?, ¿ese mismo final le espera a “Plataforma México”?, créanme que no busco con tales cuestiones descalificar todo tipo de proyectos, ni dudar de la capacidad de la administración pública, pero…

Como verán paso de dimensionar (Microsoft), a cuestionar (Gobierno) y termino por reflexionar los dos comentarios que señalo al principio de este artículo: la mala repartición de los bienes productivos y la ausencia de los elementos necesarios para producir en los sectores marginados, han obligado a que estos mismos sectores marginados utilicen métodos violentos para hacerse escuchar (métodos que por supuesto no comparto), pero es que seamos honestos con nosotros mismos ¿como sociedad les permitimos conjuntamente “construir la paz”?, es más ¿los hemos hecho sentir siquiera una vez parte de esta sociedad?, ¿realmente sabrán que todos somos (o “semos”) parte de un mismo México y que de manera conjunta conformamos ese Estado de derechos tan cacareado y vendido por nuestros gobernantes?...yo creo que no les hemos dejado otro camino que el utilizar estos métodos violentos para manifestar una situación de pobreza, marginación y olvido.

Actualmente coexisten en México cerca de 115 millones de individuos, de los cuales poco más de 5 millones son indígenas con lengua propia y alrededor de 15 millones cuentan con cultura indígena específica, para ellos es necesario planear y ejecutar acciones emergentes (y urgentes) tendientes a concebir una educación efectiva, bilingüe, y por supuesto, bicultural, es necesario recuperar y revalorar las culturas de las más de cincuenta etnias que existen en nuestro territorio.

Y continúo reflexionando amigos: la modernización no debe entenderse como un cambio necesario según modelos del mal llamado “primer mundo”, la modernización considero debe entenderse como el desarrollo gradual y progresivo, integral y fraterno de las diferentes vertientes que busquen solucionar los problemas del Estado (“Enciclomedia”.-Educación y “Plataforma México”.-Seguridad, por citar ejemplos), y es que creo que si en algún tiempo la tecnología dependió del hombre, hoy como raza humana, dependemos de la tecnología.

La situación económica, política, educacional, cultural y tecnológica del país y sus derivaciones en los diversos aspectos de la “problemática social” han dejado de ser de la exclusiva competencia de nuestros sabios tlatoanis, curiosamente, reitero y comparto que en ambos México: “Quien construye la paz, desecha la violencia como vía de solución de los problemas sociales”…pero la comparto desde otra perspectiva, desde otra visión y desde otra “lógica”, porque amigos me asaltan dos últimas preguntas: primero ¿quién con sus actitudes u omisiones es el verdadero generador de violencia?; y segundo ¿quién debe erigirse como el constructor de la paz?...lo más escandaloso es que las mismas preguntas, siempre encuentran (a través de otro cristal) las mismas respuestas: para el Estado es el pueblo, mientras que para el pueblo es el Estado ¿o no?