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Buen tercer trimestre

El PIB creció un 3,8% en el tercer trimestre, la tasa más alta desde finales de 2001

El PIB creció un 3,8% en el tercer trimestre, la tasa más alta desde finales de 2001

miércoles 22 de noviembre de 2006, 10:30h
La economía española creció un 3,8% en el tercer trimestre del año, una décima más que en el trimestre precedente, según los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En términos intertrimestrales, el PIB registró un crecimiento del 0,9%, el mismo porcentaje que en el trimestre anterior.
Este crecimiento del PIB es el más alto desde el cuarto trimestre de 2001, cuando la economía española creció un 3,9%, y supone un nuevo repunte después de que el PIB creciera un 3,6% en el primer trimestre y un 3,7% en el segundo. El dato del tercer trimestre coincide además con las previsiones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que  el martes aventuró un crecimiento económico del 3,8% en el conjunto de 2006.

El INE indica que el mayor crecimiento de la economía en el tercer trimestre del año se debió exclusivamente a una aportación menos negativa del sector exterior, que restó 1 punto al crecimiento del PIB frente a los 1,1 puntos del trimestre precedente, pues la demanda nacional mantuvo su contribución al crecimiento del PIB en el 4,8%, la misma tasa que en el segundo trimestre del año.

Valorado a precios corrientes, el PIB creció a un ritmo del 7,8%, lo que implica un crecimiento del deflactor implícito del 3,8%, dos décimas menos que en el trimestre anterior.

La estabilización de la demanda nacional en este periodo viene originada por el mantenimiento del gasto en consumo final de los hogares y del gasto de las administraciones públicas. En concreto, el consumo final de los hogares creció en el tercer trimestre el 3,6%, el mismo porcentaje que en el trimestre anterior, mostrando así un evolución acorde al ritmo del empleo y la remuneración de los asalariados, así como un comportamiento similar al indicador de confianza de los consumidores.

Dentro de los distintos tipos de gasto de los hogares, el INE aprecia un tono más dinámico del gasto en alimentación, servicios y bienes semiduraderos, tendencia que se vio compensada por la desaceleración del gasto en bienes duraderos, especialmente en automóviles (-5,3% en este trimestre, un punto menos que en el periodo anterior).

Por su parte, el gasto de las administraciones públicas se estabilizó en un crecimiento interanual del 4,2%, aunque en la evolución de sus componentes se aprecian comportamientos contrapuestos. Así, mientras la remuneración de los asalariados públicos registró repuntes, se desaceleraron las compras llevadas a cabo por estas administraciones.

Por el lado de la inversión, la formación bruta de capital fijo aceleró su crecimiento hasta el 6,3%, una décima más que en el trimestre precedente, debido al dinamismo de la inversión en construcción (crecimiento del 6,1% frente al 5,8% del trimestre anterior) y, en mayor medida, al vigor de la inversión en bienes de equipo, que repuntó un 9,5% en este trimestre, cuatro décimas más que en el segundo.

Esta evolución de la inversión en bienes de equipo está en línea con los indicadores de producción industrial, entrada de pedidos y cifra de negocios de la industria. En el caso de la inversión en construcción, su aceleración fue fruto del favorable comportamiento de todos los tipos de obra, especialmente el de obra civil y edificación no residencial. Por su parte, la inversión en otros productos desaceleró su crecimiento hasta el 2,9%, tres décimas menos que entre abril y junio.

En cuanto a la demanda externa, tanto las exportaciones como las importaciones reducen su tasa de crecimiento en este trimestre. En concreto, las ventas exteriores crecieron un 3,2%, por debajo del 4,9% registrado en el trimestre anterior, desaceleración que fue intensa tanto en el componente de bienes (del 4,7% al 3%) como en el de servicios (del 5,2% al 3,6%). No obstante, dentro de este último grupo destaca la recuperación del comportante turístico, que en el tercer trimestre abandonó los datos negativos y creció un 0,6% en términos reales.

Por su parte, las importaciones de bienes y servicios crecieron un 6%, frente al 7,6% del trimestre precedente, desaceleración ligada al componente de servicios, que redujo su crecimiento del 9% al 0,6%. En el caso del componente de bienes, su crecimiento se estabilizó entre julio y septiembre en el 7,3%.

Mayor dinamismo en la industria

Desde el lado de la oferta, el INE destaca el continuado dinamismo de la actividad de la construcción, el repunte de las ramas de servicios tras cinco trimestres consecutivos de desaceleración, y el notable dinamismo de la industria.

Así, la actividad industrial aceleró su crecimiento un punto, hasta el 3,9%, en sintonía con la trayectoria que presentan tanto el Índice de Producción Industrial (IPI) como el Índice de Cifra de Negocios de la Industria. Este impulso se debió fundamentalmente al crecimiento de las manufacturas (4%) y, en menor medida, al componente energético, que subió un 3,5%.

Asimismo, la construcción también mostró un perfil acelerado, con un crecimiento del 5,7%, siete décimas más que en el segundo trimestre. El INE atribuye este repunte al buen tono de la obra en infraestructuras y de la edificación no residencial.

La actividad en las ramas de los servicios también aumentó en este periodo, hasta el 3,8%, tres décimas más que en el trimestre anterior. Tanto los servicios destinados al mercado como los orientados al no mercado presentaron la misma cifra de crecimiento (3,8%).

Por su parte, las ramas primarias continuaron presentando tasas negativas de crecimiento, mucho más intensas en este trimestre (del -0,4% al -2,5%), acorde con la evolución desfavorable de la actividad agraria y ganadera.

El empleo se desacelera

En cuanto al empleo creado, el total de puestos de trabajo ocupados a tiempo completo en el tercer trimestre del año aumentó un 3%, una décima menos que en el trimestre precedente, lo que supuso la creación de 538.000 nuevos empleos.

Esta evolución es el resultado de un crecimiento del empleo más intenso en la construcción (8% frente al 7,3% del segundo trimestre) y en la rama de servicios (3,4% frente a 3,3%), registros que se vieron atenuados por una reducción del empleo en la industria del 0,4% (frente a la tasa positiva del 0,3% del segundo trimestre), y en las ramas agraria y pesquera (-4,5% frente a -0,2%).  

De esta manera, considerando de forma conjunta el crecimiento del PIB trimestral y el del empleo ocupado, la variación de la productividad aparente del factor trabajo se situó en el 0,8%, cifra dos décimas superior a la del trimestre anterior.

Atendiendo a la distribución primaria de las rentas, la remuneración de los asalariados mostró un crecimiento del 6,6%, una décima más que entre abril y junio, debido al menor ritmo de avance del empleo asalariado (del 3,1% al 3%), parcialmente compensado por el aumento de la remuneración media por asalariado (del 3,2% al 3,4%). De esta forma, el coste laboral por unidad de producto se situó en el 2,6%, una décima superior al del trimestre precedente.

Finalmente, el excedente bruto de explotación y las rentas mixtas elevaron su tasa de crecimiento hasta el 10,2% en este trimestre, frente al 8,5% del segundo trimestre, mientras que los impuestos sobre la producción y las importaciones netos de subvenciones desaceleraron su crecimiento algo más de siete puntos, hasta el 3,8%.

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