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Soriano recibió el premio Velázquez de las artes plásticas

El Reina Sofía acoge las "Aves de paso" de Juan Soriano

miércoles 22 de noviembre de 2006, 19:11h
El Museo Reina Sofía sirve desde este martes de inmensa pajarera que acoge las muchas aves que el artista mexicano Juan Soriano plasmó, unas veces en sus telas y, otras, en sus esculturas, y que tan bien representan la idea de libertad que él siempre experimentó. La exposición, titulada "Aves de paso", es la que le correspondía organizar al Reina Sofía tras la concesión a Soriano del Premio Velázquez, máximo galardón español de las artes plásticas, aunque en este caso en ausencia ya del artista, pues falleció nueve meses después de que se le concediera, el 10 de febrero último, a los 85 años.

La directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar, presentó este martes la muestra recordando al artista desaparecido y señalando lo mucho que le había gustado la idea de José Miguel Ullán, buen amigo suyo, experto en su obra y comisario de la exposición, de que fueran sus pájaros los que sirvieran de hilo conductor de la misma. Dieciocho esculturas, cinco de ellas de tamaño monumental, fechadas entre 2004 y 2005 y pertenecientes a la serie "Pájaros", toman el aire de una de las salas del Espacio Nouvel, compartiéndolo con 28 cuadros realizados entre 1941 y 1993 y con 27 dibujos fechados entre 1937 y 1997.

Martínez de Aguilar, a quien acompañaban Ullán y Marek Keller, compañero del artista durante treinta años y presidente y director de la fundación que lleva su nombre, destacó la "personal estética" de Juan Soriano, autor de una obra apartada de las corrientes, "por la que -dijo- transita la emoción". Soriano, que rechazó desde joven el muralismo imperante en su país para pintar con absoluta libertad, obtuvo pronto gran reconocimiento en México. Su obra, centrada primero en las naturalezas muertas, los retratos y los autorretratos, es la de un pintor inclasificable, pues el clasicismo compositivo, como explicaba Ullán, se ve continuamente zarandeado por la osadía expresionista de los colores.

La directora, que agradeció la colaboración de Keller y del resto de coleccionistas que han prestado obra, destacó después la importancia del catálogo que acompaña la muestra, y que incluye textos del comisario y de otros escritores que compartieron vida y pensamiento con Soriano, como Elena Poniatowska, Sergio Pitol o Carlos Monsiváis. Ullán, que fue también comisario de la muestra retrospectiva que el Reina Sofía dedicó a este artista en 1997 -donde predominaba el retrato-, se refirió a su esfuerzo por no repetir lo ya mostrado y a su decisión de centrarse, para ello, en la admiración y la pasión de Soriano por las aves.

Pero, a juicio de Ullán, su interés por los pájaros, esa "figura mediadora entre el cielo y la tierra" que en el Corán es "casi sinónimo de destino", no estaba en utilizarlos como símbolo. "Lo que me interesa son sus ritos, sus movimientos, sus arabescos, sus mudas, la sensación que dan de libertad", solía decir este artista de cambios desconcertantes en cuya obra está siempre presente "la idea de levitar, de no quedarse fijo". Y en esas aves a las que trataba de dar vida y que tan bien ayudan a entender "sus vaivenes y metamorfosis" artísticas, estaba además, explicó hoy Marek Keller, su deseo de superar un trauma y de resucitar a un pajarillo que, siendo niño, mató en su Guadalajara natal, forzado por su padre a estrenar una pistola que él le había regalado.
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