La propagación es imparable, por lo que la actuación de Sanidad a partir de ahora se centrará en mitigar los casos y no en su contención. Así, el modo de seguimiento de la extensión de la gripe dejará de hacerse caso a caso, "muestra a muestra", para ser ahora más generalizado, aunque el número de personas enfermas "será actualizado en la página web del ministerio", según explicó Jiménez.
La ministra de Sanidad ha recomendado actuar "como con cualquier otra gripe", es decir, "mantener una higiene escrupulosa" y ser precavido "al toser y estornudar". No obstante, los servicios sanitarios mantendrán las hospitalizaciones preventivas para los casos sospechosos de contagio.
"Epidemia significa extensión", explicó Jiménez. "El cambio de fase no implica más gravedad en la enfermedad", ha insistido en varias ocasiones la ministra durante su rueda de prensa, en la cual ha señalado, como la OMS, que ya no es eficaz "ni restringir viajes ni cerrar espacios públicos".
Para afrontar la pandemia, "España se ha adelantado en algunas de las recomendaciones hechas después por la OMS". Así, la ministra de Sanidad asegura que todas las comunidades autónomas cuentan con suficientes antivirales de cara a una segunda oleada de la gripe A en otoño. "España adelantó el pago para que llegasen a tiempo", explicó Jiménez.
En España se han confirmado ya 488 personas enfermas por la gripe porcina, cuando a 10 de junio, es decir, ayer, eran 331. Además, el 60% de los afectados son varones y su edad media es de 20 años.
Por ello, la Comisión de Salud Pública ha comenzado a analizar cuáles son los grupos de riesgo y que cantidad de vacunas serán necesarias para prevenir la enfermedad una vez estén disponibles, aunque esta no estará disponible antes de septiembre.
Una vez identificados los grupos de riesgo, España y el resto de países de la Unión Europea se coordinarán "en la medida de lo posible" para unificar sus criterios de vacunación.