La despenalización del aborto no es una venganza contra el Cardenal Rivera Carrera

Esto, según el portavoz del Arzobispado de México, debido a que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) pretendía cobrar venganza contra Rivera Carrera y la Iglesia Católica por presuntamente haber apoyado la candidatura presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), en 2006.

El obispo Marcelino Hernández sostuvo que la pretensión de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) de legalizar el aborto "no es, de ninguna manera, una venganza", y señaló que "sólo el vocero Hugo Valdemar es responsable de esa declaración".

El jerarca católico llamó a "no radicalizar y no politizar" el tema del aborto y su pretendida despenalización. "Estoy en total acuerdo en lo que dijo Tarcisio (Mote Martínez)", indicó Hernández acerca del rechazo expresado por el obispo de la Iglesia Católica "Hostia Sangrante" a la interpretación de Valdemar.

En forma previa, Mote Martínez consideró que lo expresado por el vocero de Norberto Rivera "es una manera muy ligera de tomar una postura ante una situación como esta", y añadió que "no se trata de una venganza del PRD, sino de la falta de conciencia y la carencia de información".

El presidente de la Confederación Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), Arturo Farela Gutiérrez, subrayó: "Respetamos lo que dice Valdemar, pero no lo compartimos en forma alguna".

Apuntó que "la postura que defiende el PRD no es nueva, ya antes se ha pronunciado en ese sentido. Por tanto, más que una venganza, se trata de un acto de congruencia con su ideología. De ninguna manera creemos que sea una venganza, menos aún de carácter político".

Acerca del anuncio hecho la víspera por la Arquidiócesis de México en torno a que la Iglesia Católica llevará a cabo "acciones más fuertes" en contra de despenalizar el aborto, los líderes religiosos tampoco coincidieron con Valdemar.

Tarcicio Mote Martínez expresó su rechazo a la realización de marchas y movilizaciones promovidas por jerarcas católicos entre su feligresía, y sostuvo que las acciones que en verdad competen a los cristianos, sobre todo a sus jerarcas, son la oración profunda como un acto de desagravio al pedir perdón a Dios por los pecados.