www.diariocritico.com

Andrés Aberasturi

La Iglesia avanzando hacia atrás

La Iglesia avanzando hacia atrás

martes 25 de agosto de 2009, 23:28h

Andrés Aberasturi

 

La Iglesia avanzando hacia atrás

 

24-08-2009 - Escribo desde el respeto paro, también desde el derecho que me otorga haber recibido una educación católica que es mejor olvidar. Era otra época, un tiempo oscuro en el que el Caudillo entraba bajo palio y la Iglesia tenía el monopolio de nuestras conciencias. Todo ha pasado y no guardo rencor alguno. Pero sí me siento con derecho para ser crítico con una institución -no hablo de la iglesia de base, la verdadera iglesia- que se dispone ahora, al parecer, a reformar la reforma que en su momento supuso el Concilio Vaticano II.

 

El español monseñor Cañizares fue nombrado por el Papa Prefecto de la Congregación del Culto Divino y se ha puesto manos a la obra; quiere recuperar las misas en latín, que la comunión se reciba directamente en la boca y no en las manos del comulgante, la posibilidad de que se oficie la misa como antes, de espaldas al pueblo, volver, en resumen, a un pasado marcado por la adoración más que por la participación. Para llevar a cabo estos drásticos cambios no se va a usar, al parecer, el "decretezo" sino algo más sutil que el Vaticano usa con frecuencia: la sugerencia; una sugerencia que, viniendo de donde viene, muy pocos se atreven a no aceptar.

 

Suenan pues los tambores de la involución en el estado papal y no es algo que nos deba coger por sorpresa. Desde que Juan XXIII abrió aquella ventana a la modernidad que fue el Vaticano II -con la fortísima oposición de la mayoría de la curia y salvado en último extremo por el casi plante de algunos obispos franceses- los sucesivos papas, cada uno a su estilo, se han encargado de ir bajando las persianas poco a poco hasta la reprimenda pública y notoria de Juan Pablo II a Ernesto Cardenal, abandonado hoy por unos y por otros, libre tal vez, pero seguramente entristecido hasta el dolor.

 

El Vaticano se empecina en quedarse solo; no le basta con dejar las cosas como están -y mira que están mal- sino que tiene un raro empeño en hurgar una y otra vez en las heridas que todos ven menos él: hablo del divorcio, de los preservativos, del papel de la mujer etc. Y cuando alguien escribe estas cosas, siempre sale a relucir lo avanzada que ha sido la Iglesia en la defensa de los derechos sociales. Pero esa es una verdad a medias porque no creo que haga falta recordar no ya la complicidad con el franquismo, sino muchas vergüenzas más recientes, los casos sangrantes de Chile o Argentina por ejemplo.

 

¿Qué quiere defender realmente el Vaticano con esa pertinaz manía de avanzar hacia atrás?  ¿Por qué les da tanto miedo no ya el futuro sino un presente que les desborda desde buena parte de su propia iglesia y en la voz clara y valiente de  muchos de sus teólogos a los que se les termina arrinconando o suspendiendo? ¿A qué viene esta reforma de la reforma encargada a Cañizares? No es fácil tener respuestas a todas estas preguntas. Entienden que sólo quien está dentro tiene el derecho a cuestionar para luego limitarse a obedecer. Enrocarse y evitar la luz no impide que la verdad se imponga. Ellos lo deberían saber mejor que nadie porque lo han predicado muchas veces en beneficio propio.

 

 

                                              

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios