Rato reaparece muy 'arropado' por su partido

"El mecanismo de transmisión monetaria evolucionará con el tiempo, y a la vez las opciones de política monetaria para amortiguar los 'shocks' pueden verse restringidas por la vulnerabilidad a un cambio de sentido de los flujos de capital y por la preocupante posibilidad de que se produzcan desajustes de los tipos de cambio o los tipos de interés en los balances", indicó en una conferencia celebrada hoy en Madrid con motivo de la entrega que se le hizo del diploma de Colegiado de Honor del Colegio de Economistas de Madrid.

El ex vicepresidente del Gobierno ahondó así en la importancia de que las instituciones  público y privadas amplíen los estudios sobre la interacción entre el sector financiero y el resto de la economía. Rato aseguró que esa interacción "plantea una serie de retos para las autoridades, tanto a la hora de formular la política macroeconómica como a la de regular y supervisar el sector financiero".

El director gerente del FMI, además, apuntó como clave para superar este escollo y "lograr que la supervisión del sector financiero esté mejor integrada en la supervisión macroeconómica global", el profundizar en la relación entre el desempeño financiero y el macroeconómico. "Aunque las crisis financieras han avivado el interés de investigadores y autoridades en el tema durante los últimos años, gracias a lo cual hoy lo entendemos mucho mejor, aún queda mucho trabajo por delante", subrayó al respecto.

Esencial entender el nexo entre el sector financiero y macroeconomía

Así, Rato afirmó que es "esencial" comprender el nexo entre el sector financiero y la macroeconomía para poder diseñar y poner en práctica políticas que fomenten la estabilidad macroeconómica y el crecimiento.

El director gerente del FMI, además, indicó que actualmente los mercados parecen estar determinando los precios de los activos "únicamente en función del escenario benigno de referencia, sin que, en sus valoraciones, parezcan incorporar suficientemente los riesgos existentes", por lo que es importante que también "tengan capacidad de incorporar en sus decisiones situaciones de baja probabilidad pero de importantes potenciales implicaciones".

Rato advirtió, por otra parte, que una de las grandes dificultades para entender esa relación entre el papel del sector financiero y el del macroeconómico es que la función de las instituciones y los mercados financieros en la actividad económica "no suele ser una parte integrante de los modelos macroeconómicos estándar".

"Resulta difícil incorporar en las ecuaciones macroeconómicas corrientes factores tales como la estabilidad financiera, los efectos en el balance y la credibilidad de las políticas. No se cuenta con un cúmulo unificado de teoría económica que permita explicar la relación entre el sector financiero y la macroeconomía en general y elaborar modelos al respecto. De hecho, no se dispone de un marco ampliamente aceptado para evaluar la estabilidad del sector financiero", concluyó.

Colegiado de honor

El decano-presidente del Colegio de Economistas de Madrid, Manuel Lagares, entregó a Rodrigo Rato el diploma del Colegio de Economistas de Madrid, en un acto en el que además la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, le impuso la medalla de Honor de la corporación.

Lagares destacó la etapa de Rato al frente del Ministerio de Economía. "Los resultados de su política permitieron que España ingresase como socio fundador de la Unión Monetaria Europea, dando principio a la más larga etapa de prosperidad y crecimiento que haya conocido nunca nuestro país", dijo.

El decano del colegio recordó que a finales de 2003, último ejercicio completo en el que Rodrigo Rato estuvo como vicepresidente del Gobierno, el gasto público representaba ya tan solo un 38,3% del PIB frente al 45% de 1995, mientras que su cuantía por persona, medida en unidades de poder adquisitivo constante, había pasado de 5.792 euros en 1995 a 6.243 euros en el 2003, con un aumento de casi un 8% en términos reales, pese a que la población en ese periodo creció en más de tres millones de habitantes por la fuerza de la inmigración.

"En tiempos como los actuales, en que la bonanza económica puede hacernos olvidar la necesaria disciplina en el gasto público, conviene recordar esas cifras, que subrayan la extraordinaria calidad de una política fiscal difícil pero acertada", recalcó.