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El terror islamista llega incluso hasta dentro del Parlamento iraquí

El terror islamista llega incluso hasta dentro del Parlamento iraquí

· Además, un ataque suicida perpetrado también en Bagdad dejó unos 10 muertos

jueves 12 de abril de 2007, 13:30h
A pesar del aparatoso plan de seguridad puesto en marcha desde hace más de dos meses en Bagdad, las fuerzas de seguridad iraquíes ya no son capaces de impedir ataques directos de la insurgencia contra el mismo corazón de las instituciones ni contra las infraestructuras básicas de la capital, dos objetivos que en cualquier conflicto armado suelen estar especialmente protegidos.

Por una parte, ocho personas perdieron la vida y otras 30 resultaron heridas en un atentado suicida en una cafetería dependiente del Parlamento, en la denominada 'Zona Verde' de Bagdad. Por otra, al menos diez personas murieron y 26 sufrieron lesiones en otro ataque suicida perpetrado a primera hora de esta mañana contra uno de los principales puentes de la capital.

   Entre las víctimas mortales en el ataque al Parlamento figura el suní Mohamed Awad, del Frente Nacional para el Diálogo, según informó el líder del partido (que cuenta con 11 diputados), Sakeh al Mutlaq. Aunque en las primeras horas posteriores al atentado distintas fuentes apuntaban a que otro de los fallecidos era un diputado kurdo o chií, finalmente el Departamento de Prensa de la Cámara informó que se trata de Taha al Liheibi, perteneciente al partido suní Frente del Acuerdo Iraquí (que tiene 44 legisladores).

   Por otro lado, el diputado Mujlis al Zamili, del partido chií Fadhila, aseguró que seis de los heridos eran miembros del bloque chií próximo al clérigo disidente Muqtada al Sadr. El propio Al Zamili fue de los primeros en sugerir que la explosión pudo deberse a un atentado suicida. "Parece que el ataque fue cometido por un atacante suicida vestido con un chaleco con explosivos", declaró.

   Esa misma impresión la tenía otro miembro del Frente Nacional para el Diálogo, Mohamed al Dayni, quien declaró a la cadena de televisión Sharqiya que todo parece indicar que se trató de un atentado suicida. "Ahora mismo estoy en el lugar de la explosión y viendo las piernas de la persona que llevó a cabo la operación", declaró. "Si algo indica esto es que la seguridad es bastante laxa", añadió.

   Otros legisladores confirmaron esta información, y el jefe de prensa del Parlamento, Mohammed Abu Bakr, también afirmó que vio dos piernas en mitad de la cafetería, destacando que ninguno de los miembros de la Cámara que fallecieron o resultaron heridos habían perdido las piernas en la explosión, "lo que significa que debían pertenecer al suicida".

   El portavoz del alto mando estadounidense en Irak, William Caldwell, confirmó por la tarde a la agencia AP que fue un terrorista suicida el que se introdujo en la 'Zona Verde' y allí en el Parlamento, donde detonó la carga explosiva.

Acababa de terminar la sesión

   La deflagración se produjo en el momento en que varios parlamentarios almorzaban en el interior de la cafetería, según el portavoz Abu Bakr. La televisión estatal indicó en un principio que al menos diez personas resultaron heridas por la explosión, entre las que se encontraba una parlamentaria de la formación de Awad. Sin embargo, la la cifra aumentó a 30.

   Lo cierto es que las fuerzas de seguridad habían incrementado las medidas de vigilancia en el Parlamento mediante el poco habitual uso de perros, lo que da a entender que se temía la inminencia de un atentado. El jefe de seguridad del Parlamento y de la Comisión de Defensa, Hadi al Amiri, informó de que la explosión se produjo justo después de que los diputados concluyeran su sesión de la mañana y se distribuyeran en comisiones.

   "Si hubieran podido colocar la bomba dentro de la sala de sesiones, habría sido una catástrofe", añadió el responsable, quien precisó que las tropas se encargan fundamentalmente de la seguridad del edificio y que los explosivos pudieron introducirse entre los suministros enviados al restaurante.

El plan de seguridad

   Lo cierto es que la explosión ha puesto en evidencia que los milicianos de la insurgencia tienen cada vez más capacidad para golpear en las zonas supuestamente más protegidas.

   Numerosos soldados estadounidenses e iraquíes patrullan las calles de Bagdad desde que comenzó, hace nueve semanas, el plan de seguridad en la capital y en las últimas semanas se han reforzado las medidas de seguridad dentro de la 'Zona Verde', que alberga los principales edificios institucionales y las Embajadas de Estados Unidos y Reino Unido.

   Pese a todas estas medidas, el pasado 1 de abril el Ejército estadounidense informó del hallazgo de dos chalecos para cometer atentados suicidas en esta zona del centro de Bagdad. Asimismo, en marzo un ataque con cohete causó la muerte de un soldado y un contratista estadounidenses, y pocos días antes un proyectil cayó a escasos cien metros del edificio en que daban una rueda de prensa nada menos que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.

Reacciones

   El ataque de hoy "refleja el fracaso del plan de seguridad del Gobierno", declaró uno de los tres dirigentes del Frente del Acuerdo Iraquí (con 44 escaños), Jalaf al Ilyan. "El plan es un fracaso al cien por cien, la explosión indica que la inestabilidad y la falta de seguridad han llegado hasta la 'Zona Verde', que según el Gobierno está fuertemente protegida", añadió.

   Al Ilyan afirmó también que el atentado "fue contra todo el mundo, contra todos los partidos, contra nuestro Parlamento en general por su doble condición de símbolo y de representante de todos los segmentos de la sociedad iraquí".

   A pesar de que el terrorista suicida se introdujo hasta la cafetería del Parlamento en la que ha sido denominada como la zona más segura de Bagdad, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, aseguró esta tarde que esto no implica que el plan del Pentágono de incrementar las tropas destinadas en la capital iraquí haya fracasado.

   Tras condenar el atentado, Rice afirmó que era de esperar que "obviamente" los terroristas y aquellos que no desean que Irak "tenga un futuro democrático y estable" actuaran en consecuencia, y defendió la idoneidad del plan del presidente estadounidense, George W. Bush, de elevar el número de tropas en Bagdad, asegurando que el mismo se encontraba en las primeras etapas.

   "Habrá buenos días y malos días en el desarrollo del plan de seguridad", recordó Rice, subrayando que "los mandos continúan realizando sus tareas y trabajando para intentar garantizar una mayor seguridad a los civiles". Para la secretaria de Estado, el ataque de hoy recuerda que el plan "está en su inicio y no en su final".

   Por su parte, el senador republicano por Arizona y candidato a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2008, John McCain, que se había entrevistado con Rice durante la mañana de este jueves, vaticinó que los ataques de esta naturaleza "continuarán" para atraer "la atención y los titulares en Estados Unidos", ya que Al Qaeda considera que erosionarán "la voluntad del público americano de triunfar".

Ataque contra un puente

   Por otra parte, al menos diez personas murieron y 26 resultaron heridas en un ataque suicida perpetrado a primera hora con un camión bomba contra el puente Al Sarafiya, sobre el río Tigris y uno de los puentes accesos al norte de Bagdad.

   La explosión causó un boquete en la estructura de acero y la caída de numerosos vehículos al Tigris, informaron testigos y fuentes policiales. Desde hace horas, la Policía trata de rescatar a las más de 20 personas cuyos coches se sumergieron en el río. El puente, que ha quedado parcialmente destruido y es uno de los más antiguos de la ciudad, comunicaba dos barrios del norte de Bagdad, Azamiyah, mayoritariamente suní, y Bab Al Muazam, una zona mixta.

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