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El informe policial será protagonista

Camps se enfrenta el martes al debate político más duro

Camps se enfrenta el martes al debate político más duro

lunes 28 de septiembre de 2009, 20:49h
En un año, además de 365 días, pasan muchas cosas. Desde que las filas del INEM se hagan interminables, hasta que un presidente del Consell sea imputado por cohecho impropio y la causa sea archivada. También la aparición ‘casual’ de un informe policial que pone en duda las cuentas del PPCV. Así es la política española y valenciana. En ese período, que separa a un Debate de Política General de otro en la Comunitat, también da tiempo a que se encumbre a un líder en el socialismo valenciano, Jorge Alarte, aunque su estela no esté presente en Les Corts. Con este bodegón acuden lo dos grandes partidos a la cita que tendrá lugar en el Parlamento valenciano los dos próximos días. Por si fuera poco el ‘efecto boomerang’ –para ambos partidos- de una moción en Benidorm hace que en los escaños se prepare más leña para avivar el fuego dialéctico.as del PP cambia el sentido de la cita estrella en Les Corts.
Hace un año, los partidos políticos tenían un guión más o menos preestablecido. Casi nada estaba dejado a la improvisación. Sólo había hueco para el anuncio de medidas que, excepto las deducciones fiscales por la compra de viviendas, sonaban a más de lo mismo. En las críticas tampoco brillaba la originalidad.

El ‘fango’ político

Este Debate de Política General será el más ‘caliente’ de la historia. Después de que haya estallado la polémica por la publicación del informe policial –rechazado por el TSJCV- en el que se habla de una presunta financiación ilegal del PPCV, los socialistas pedirán elecciones anticipadas. El trampolín para ese juego lo deja servido el ‘menú de diálogos’ de la cúpula del PP valenciano con El Bigotes, gerente de la empresa Orange Market, filial valenciana del entramado que dirigía Francisco Correa.

Como si de un adivino se tratara el portavoz socialista, Ángel Luna, ya aventuraba antes del conocimiento del contenido de los pinchazos que quedaba caso Gürtel “para rato”. Por ello, es seguro que se va a vivir un ‘cara a cara’ que superara la tensión que provocó el asunto de los trajes.

¿Entrará Francisco Camps en el envite? Sobre este aspecto había opiniones para todos los gustos dentro del PP, antes de que volvieran a reactivarse las sombras sobre sus cuentas. Unos consideraban que el presidente tenía la “razón judicial” para pasar al ataque. Otros creían que se dejaría correr más o menos el asunto. De hecho, estas dos visiones las plasmó en San Vicente de Raspeig el propio Camps. Por un lado, pedía a los suyos que no cayeran en “provocaciones”. Por contra, subía el nivel de sus críticas y tildaba la actitud del PSPV de “rastrera”.

La situación de Costa

No obstante, todo ha cambiado. De hecho, el propio Rajoy ha reclamado explicaciones y De Cospedal ha dejado entrever la posibilidad de que haya dimisiones. Es la primera vez que el presidente del PP muestra un atisbo de dudas sobre la gestión del polémico caso por parte de, entre otros, Ricardo Costa. El secretario general del PPCV ha recibido apoyos en público pero a nadie se le escapa que junto a Vicente Rambla, David Serra, Yolanda García y el presidente ha pasado a ser el centro de todas las miradas, dentro y fuera de la formación con sede en la calle Quart.

    ¿Cómo va a gestionar el propio Costa las críticas de la oposición? Su posición como portavoz del partido en el Parlamento valenciano, puede llevar el debate a un terreno que a Camps no le interesa.

´Emociones’ variadas

Si hay otro asunto estrella es el de Benidorm y no se ciñe, precisamente, a las consecuencias de la crisis. Dentro de esta polémica, no es fácil acotar a qué partido perjudica más la moción. Pérez Fenoll admitió que le colaron en las listas al tránsfuga. El presidente del PP alicantino, José Joaquín Ripoll, soltó ‘chinas’ sobre las listas. Y en el PSPV se está pendiente de la pugna en la sombra entre Alarte y Pajín. Dentro del ‘fango político’ también habrá tiempo para rebozarse con polémicas estériles como el retraso en el nombramiento de Pajín como senadora.

La crisis, en boca de todos

El número de valencianos parados se situó en 449.778 personas tras agosto. Con esta cifra los volantes de PP y PSPV girarán en la dirección que más interese. Unos mirarán hacia Madrid y al Ministerio de Economía y los otros hacia Valencia y la Conselleria del ramo.

    ¿A quién le interesa más un cuerpo a cuerpo sobre los nubarrones de la economía? Es obvio que el que tiene que defender la postura del Gobierno central para criticar a la Administración autonómica lo tiene más negro. Camps tendrá en su mano el ‘efecto sorpresa’. Está claro que va a poner el acento en un plan de austeridad –con reducción de empresas públicas- y en el anuncio de una bajada de impuestos. A partir de aquí, de la chistera que otorga el sillón presidencial puede emanar algún anuncio de algún programa anticrisis. El año pasado se comunicó el Plan de Impulso de la Economía Valenciana.

    Desde el PSPV se atacará por esta vía. La portavoz socialista de Economía, Cristina Moreno, se harta en denunciar que los municipios no tienen financiación para ejecutar las obras previstas en el Plan Confianza. Otro de los argumentos usados por Luna será la crítica al endeudamiento. Camps contraatacará con denuncias sobre la subida de impuestos de Zapatero.

¿Qué pasa con los agravios?

De sobra es conocido el listado de “agravios” que el Consell saca a la palestra siempre que puede. Este año hay un ingrediente que puede aguar su receta: la llegada de la Alta Velocidad en 2010. Y es que el ministro José Blanco ha tenido gestos para trasladar las inversiones que el Ejecutivo realiza para que el AVE esté operativo.

Otro de los ‘caballos de batalla’ de Camps será la financiación autonómica. Las comunidades no saben la cifra exacta que recibirán del pastel encargado por Zapatero a Elena Salgado. La Generalitat calcula que le toca una cifra próxima a los 1.300 millones y considera que, atendiendo a la población y las cantidades recibidas por Andalucía o Cataluña, debería recibir unos 2.400 millones. Es muy probable que los socialistas recuerden que se creó una comisión técnica que ha quedado en nada.

De otro lado, del agua ya está todo dicho. En el Tajo-Segura, se quiera o no escenificar, hay consenso entre los dos grandes grupos y el trasvase del Ebro es ese fantasma que siempre planea pero que nunca se concreta.

Política social

En este apartado es en el que los socialistas suelen ser más beligerantes. La Ley de la Dependencia y el retraso en su aplicación, son objetivos prioritarios para el PSPV. En el pasado Debate de Política General, Camps anunció medidas como los centros sociales de proximidad y la concertación de 5.000 nuevas plazas para atender a mayores y personas con discapacidad. En materia educativa, los barracones y los varapalos judiciales a las ocurrencias sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía serán materias en las que la oposición también quiera hincar el diente.

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