Volvemos otra vez al debate educativo. La anécdota nos impide entrar en la categoría o, si lo prefieren, el árbol no nos deja ver el bosque. Resulta que ahora, los alumnos de primero de Bachillerato podrán pasar curso con la mitad de las asignaturas suspensas. Es decir que los que demuestran que no pueden con un curso más fácil, al siguiente tendrán que estudiar el medio que no han aprobado más otro entero para el que han demostrado no estar preparados. Excelente. Hay quien ha dicho que eso ya pasa en la Universidad y que hay que acostumbrar a los jóvenes al sistema de exigencia universitaria. Pues vamos apañados, porque el nivel de exigencia en la Universidad ha bajado tanto que da la impresión de que estaban tratando de acercar la Universidad al Bachillerato, incluso a la Primaria. Las generalizaciones son siempre un error, pero los errores son también errores. Y éste es sólo uno más de los despropósitos de nuestra educación.
Hace poco, el Gobierno ha intentado eliminar todas las Ingenierías superiores y, afortunadamente, ha dado marcha atrás, tras la protesta unánime de los Colegios Profesionales, que valen para muchas cosas, entre otras, para impedir despropósitos de indudable gravedad. Pero, de la misma manera, el Gobierno podía haber seguido empecinado en el error. No tenemos un problema de Bachillerato o de Universidad o de titulaciones. Tampoco de enseñanza pública, aunque aquí habría que hacer matizaciones, o concertada o privada. Ni siquiera de profesorado, salvo por su desmotivación. Tenemos un problema de sistema.
Hace poco, una catedrática de Lengua, Mercedes Rosúa, decía que “la enseñanza pública ha sido destruida… Antes había profesores especializados por materias. Teníamos un bachillerato de calidad. Se impuso la LOGSE y se acabó todo. Todos podían hacer de todo. Fue una reforma para satisfacer a las clientelas políticas de la izquierda, a los sindicatos… La LOGSE fue una forma de aplastar todo para que la gente más mediocre y peor preparada ocupara todo el espacio”.
Lo podemos ver así o como lo ve Jerome Bruner, doctor en Psicología, fundador del Centro de Estudios Cognitivos de Harvard, y, sobre todo, futuro asesor educativo “in pectore” de Miguel Sebastián, si éste gana las elecciones a la alcaldía de Madrid: “El sistema educativo español está muy bien. Ha mejorado mucho. Pero siempre se puede colaborar para progresar”. Bruner añade que “hay que evitar que los alumnos se aburran en las escuelas”. Yo creo que habría que evitar que los alumnos salieran de la escuela como si no hubieran pasado por ella o que en su paso por la escuela impidan que otros puedan aprender. Me bastaría con salieran sabiendo “aprender a aprender. Pero en la mayoría de los casos, ni eso. Podemos aparcar a los chavales en la escuela todo el tiempo que queramos; transmitirles que no importa que se esfuercen ni que aprendan; pasarles de curso sin aprobar y que lleguen a la Universidad sin ni siquiera saber estudiar o comprender lo que leen. No importa, La educación en España va bien, muy bien, excelentemente…
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