El Senado estadounidense inaugura el debate sobre el proyecto de reforma sanitaria que se espera origine acalorados intercambios entre republicanos y demócratas y desencadene un arduo proceso de negociación.
El debate arranca después de que el pasado 22 de noviembre los demócratas consiguieran los 60 votos necesarios para inaugurar un proceso con el que la mayoría de ese partido persigue ofrecer cobertura de forma gradual a los millones de personas que ahora carecen de atención médica.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó recientemente que EE.UU. está "más cerca que nunca" de reformar un sistema que ahora no funciona.
El proyecto que se someterá a discusión, y en el que se espera se introduzcan enmiendas, contempla el desembolso de 848.000 millones de dólares en el plazo de diez años para ampliar la cobertura a los millones de ciudadanos que ahora carecen de ella.
Además prohibiría a las aseguradoras el aplicar primas más altas o el negar asistencia a aquellas personas con problemas de salud.
Por otro lado, los que ahora tienen más dificultades a la hora de obtener seguro, aquellos que trabajan por cuenta propia y los pequeños empresarios, podrían acceder a un nuevo mercado de seguros, en muchos casos subvencionado por el Gobierno.
La propuesta sobre la mesa contempla también que los ancianos tengan una mejor cobertura con sus recetas.
Se prevé que dos de los asuntos más contenciosos sean la dotación de fondos para cubrir gastos de abortos y la propuesta para crear un plan público de cobertura médica.
Los demócratas tienen 58 de los 100 escaños del Senado y suelen contar con el voto de dos senadores independientes, cuyo respaldo necesitarán para sacar adelante el proyecto de reforma sanitaria.
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