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Un mexicano inicia una huelga de hambre frente a la Casa Blanca en demanda de la reforma migratoria

martes 01 de diciembre de 2009, 03:51h

Rodolfo Macías, un mexicano que lleva 20 años viviendo en EEUU de manera ilegal, está acostumbrado a acometer retos, el último: una huelga de hambre frente a la Casa Blanca para pedir al presidente Barack Obama que concrete antes de fin de año la reforma migratoria que prometió.

Desafiando al frío, en su quinto día de huelga de hambre, Macías, que tiene una orden de deportación para el próximo 7 de diciembre, instó a los indocumentados a que clamen por la anhelada reforma junto con sus familiares que ya son ciudadanos estadounidenses.

"Nosotros los indocumentados (...) no somos criminales sino trabajadores que salimos de nuestros países de origen en su mayoría por buscar una mejor clase de vida", dijo a Efe.

La huelga de hambre fue la culminación una "Marcha por Justicia" que comenzó el pasado 7 de noviembre desde San Antonio (Texas), para reclamar una reforma migratoria "justa" para los doce millones de indocumentados "que se encuentran en las sombras aquí en EEUU".

Macías también se propone organizar a los indocumentados para hacer un "censo" y sean tomados en cuenta en el Censo oficial que el gobierno estadounidense realizará el próximo año.

El mexicano asegura que no se moverá hasta que consiga sus objetivos y ha convocado a los inmigrantes cada jueves frente a la Casa Blanca para que "en 2009 tengamos la reforma migratoria".

"Desde aquí, al frente de la Casa Blanca, voy a comenzar a organizar a los primeros indocumentados que quieran, para prepararnos administrativamente y tener nuestros papeles listos para legalizarnos", dijo.

Pero además, tiene un proyecto empresarial para que los propios indocumentados establezcan unas escuelas locales en las que se imparta inglés y asesoría legal.

"Tenemos que demostrar al pueblo norteamericano que no somos gente ignorante y que formamos parte de la solución", dijo este arquitecto, que ha recorrido 1.600 millas (2.574 kilómetros) para llevar su mensaje a Obama.

Pero todo esfuerzo le parece poco, por eso ha iniciado en Washington una ronda de reuniones con activistas, líderes religiosos y personal de la embajada y del consulado, a los que está trasladando sus inquietudes y de los que espera tener apoyo.

El mexicano ha enviado sendas cartas a Obama y al presidente de México, Felipe Calderón, en las que les pide "que encuentren la mejor forma de resolver este problema, que no es solamente de EEUU, sino que afecta a México, Centroamérica y otros países".

Tiene fe en las cartas, en las marchas y en Dios. "Si verdaderamente creemos en Él, puede darnos un milagro en el 2009 e influir con el presidente Barack Obama para que empuje la reforma migratoria ante los congresistas".

Macías tiene un amplio historial reivindicativo. En 1989 se proclamó presidente provisional de la república de México en el exilio en contra del presidente Carlos Salinas, por el supuesto fraude electoral que le dio la victoria en los comicios de 1988.

Como protesta inició entonces una huelga de hambre ante la sede de la ONU y pidió asilo a Estados Unidos para él y sus cinco hijos.

En 1992, se lanzó al río San Antonio, en Texas, para llamar la atención del ex presidente, Bill Clinton (1993-2001), entonces candidato, al que pidió que intercediera para que le dieran la residencia como "refugiado político".

En sus acciones, reclama que se tenga en cuenta su situación personal pero que se extienda a todos los inmigrantes en el país.

"Queremos integrarnos en esta sociedad multirracial porque ya somos parte de ella, estamos enlazados unos con los otros por familia, por economía o servicios. Nosotros los indocumentados somos parte de la solución no somos el problema", agregó.

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