La titubeante oposicion del PP

El símil del corredor de fondo que se dispara en el pié a los pocos metros de alcanzar, victorioso, la meta se corresponde bastante con la situación actual de la dirección nacional del PP. La imagen del Gobierno está cayendo casi en picado, como recoge la última encuesta del CIS, la de Zapatero ni siquiera aprueba y problemas de muy difícil solución, como la negociación con ETA y el guirigay territorial, se acumulan como losas en La Moncloa sin que ni a un lado ni al otro de su verja se vislumbre salida para desaguisados creados por el principal inquilino del complejo presidencial. Y, mientras tanto, el PP se consuela con una subida de 0,3 décimas según ese mismo sondeo mientras practica una oposición que, a excepción de un tema, el del terrorismo, carece de estrategia global y una política de comunicación coherente. En dos palabras: que es lo que pretende y lo que hace para que todos nos enteremos de ello.

   La única cuestión en la que todos los españoles tienen claro lo que los  populares piensan es la de su postura frente al plan de Zapatero para negociar con ETA. La gran mayoría de sus militantes y muchísimos de sus votantes aprueban la firmeza con la que Rajoy se ha plantado desde el primer momento a todo atisbo de cesión política del presidente ante la banda terrorista. E incluso quienes no comparten su opinión entienden de sobra ese aspecto de la oposición de los populares. Pero en el tema territorial sucede lo contrario. Y no tanto por divisiones ideológicas, que quizás las haya, dentro de la cúpula del PP, sino por una serie de decisiones, como la de aceptar el término 'realidad nacional' para Andalucía o el fin del trasvase del Tajo para Castilla-La Mancha que se adoptan en el último minuto, casi de tapadillo y por supuesto sin más explicación que la que se articula a prisa y corriendo a posteriori.

   La última apuesta sin sentido adoptada por el PP es ese pacto alcanzado con el PSOE para repartirse los sillones del consejo de RTVE y el nombramiento de su nuevo director general, que se contradice de pleno con la oposición frontal de los populares al ERE que se va a llevar a cabo en el ente público y con sus quejas sobre el tratamiento informativo que reciben en sus telediarios. Por un puesto más en un consejo de administración en el que en cualquier caso iban a estar en franca minoría han aceptado un pacto que les convierte en cómplices de la jubilación forzosa de miles de trabajadores y en la manipulación de sus informativos. Dicen que la decisión se tomó en unos minutos y sin la previa deliberación de la cúpula del PP. Y luego, tiempo al tiempo, se quejarán.