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Más que humo

Más que humo

viernes 18 de diciembre de 2009, 13:23h
   Pues sí estoy de acuerdo con la decisión de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, de que se deje de fumar en los lugares públicos. Ya sé que la decisión es polémica, pero en esta polémica sí que merece la pena mediar porque se trata de la salud. Me sorprende que desde ciertos sectores de la derecha se apueste por el tabaco sin que parezca importarles las consecuencias que tiene sobre la salud. Ahora resulta que esos sectores se han agarrado al eslogan de mayo del 68 de "prohibido prohibir".

   Y dicen que lo hacen para beneficiar al sector de la hostelería, porque desde este sector se dice que van a perder clientes si en los restaurantes, bares, cafeterías, etc, no se permite fumar a los clientes. Lo dicen sí, pero ellos saben que no es verdad. Ahora mismo es imposible fumar en ningún local público en Berlín, Nueva York, Roma, Londres..., y que se sepa no se ha hundido el negocio de la hostelería.

   Lo que sí debería de hacer el Gobierno es ayudar a aquellos empresarios que invirtieron en sus locales para separar una zona de fumadores de otra de no fumadores. Ahí sí tienen razón los empresarios del sector. Hace tres años se hizo una ley que permitía zona de fumadores y muchos invirtieron para adecuar sus locales y ahora se encuentran con que de nada les sirvió esa inversión.

   Por cierto, que muchos me reprocharán que haya cambiado de opinión respecto al tabaco. Lo reconozco: mea culpa. Sí, recuerdo que cuando Elena Salgado como ministra de Sanidad sacó adelante la ley limitando fumar en lugares públicos arremetí contra ella poniéndome al lado de los fumadores. Me parecía un exceso que una ley limitara dónde se podía o no fumar, que significa recortar la libertad. Y ciertamente es así, pero aún así la realidad es que no se puede volver la espalda a la realidad: fumar mata. Y, además, morir por los efectos del tabaco significa enfermedades llenas de dolor y sufrimiento.

   El cáncer de pulmón se lleva cada año a millones de personas en todo el mundo. No me referiré al gasto sanitario porque sencillamente no me parece que esa sea la cuestión. Lo realmente importante es el sufrimiento de quienes padecen las secuelas de fumar y no sólo su padecimiento, también el de sus familiares y amigos.

   De la misma manera que no se vende veneno ni ningún producto que contenga sustancias venenosas, se deben de tomar todas las cautelas contra el tabaco. Y lo digo yo que he sido una fumadora impenitente. Pero no cabe engañarse, fumar mata y en los últimos tiempos he tenido la desgracia de ver a personas cercanas padecer cáncer a cuenta del tabaco.

   Creo que la ministra de Sanidad también debería ponerse firme con todos aquellos bares, cafeterías, etc, que venden tabaco a menores. Porque los hay y muchos. En fin, creo que la medida que va a poner en marcha Trinidad Jiménez nos beneficiará a todos. Insisto, fumar mata, aunque no queremos admitir esa realidad. El tabaco encierra algo más que humo.
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