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Voces de la guerra del Congo

'Me dieron un machete y me ordenaron que le cortase en pedazos'

"Me dieron un machete y me ordenaron que le cortase en pedazos"

martes 29 de diciembre de 2009, 18:14h
Cientos de miles de personas huyen de la guerra en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Asustados, enfermos o heridos, cosados por la violencia, con sus casas saqueadas y sus familias dispersas, los habitantes de los Kivus viven en  conflicto desde hace casi una generación, una lucha diaria por la supervivencia que pasa prácticamente desapercibida para todo el mundo. Quince años de emergencia que han dejado a la población en estado crítico. Médicos sin Fronteras te invita a dejar un mensaje de apoyo a la población y a escuchar los testimonios directos de quienes han vivido los duros enfrentamientos en primera persona.
La crisis humanitaria no comenzó el mes pasado o el año pasado. Durante  años, la guerra ha devastado los Kivus. Varios grupos armados y el ejército  nacional congoleño han estado  luchando los unos contra los otros, ligando el destino de los habitantes de la zona a sus enfrentamientos y bailes de alianzas.  La comunidad internacional no ha dado ninguna prioridad al conflicto en esta  región y apenas se ha hecho nada para responder de forma eficaz a la emergencia.

A pesar de los reiterados llamamientos de las organizaciones humanitarias  acerca de la crítica situación en los Kivus, son las periódicas escaladas de violencia las que devuelven cada cierto tiempo este olvidado conflicto a los medios de comunicación. Durante poco tiempo en todo caso, y con informaciones a menudo más centradas en los movimientos  políticos, las campañas militares y los debates internacionales que en las devastadoras consecuencias que la guerra tiene para una población civil ya al límite.

“Tengo miedo. Son muchos los disparos que he escuchado y la sangre que he  visto. Tuvimos que saltar por encima de cuerpos sin vida para escapar. Vi cinco cadáveres con mis propios ojos, y entre ellos estaban los de mis tres hermanos. Algunos habían sido  alcanzados por balas, otros asesinados a machetazos. Vi los cuerpos de mis hermanos y tuve miedo”. Nizeiyman, paciente de 21 años del campo de Mungote.

Los civiles en los Kivus siguen desplazándose en grandes grupos que se  asientan en campos de desplazados o son acogidos por familias anfitrionas. A menudo, tienen que huir  debido a la cambiante situación de seguridad. Incluso allí donde la gente puede quedarse en sus casas, éstas son objeto de frecuentes saqueos por parte de grupos armados, y en muchas aldeas los civiles se ven obligados a huir cada noche al monte para esconderse de  los numerosos ataques que sufren. En la zona de Kalembe, en Kivu Norte, aquellos que huyeron cuentan que tuvieron que permanecer  ocultos en el bosque hasta dos meses, dejando su ciudad de 10.000 habitantes totalmente vacía.

“Nosotros vivimos de la agricultura. Si alguien viene con hambre, le damos un poquito para comer. Cuando uno tiene comida de sobra, no puede negársela a su vecino, que es quien está desplazado. Él no puede volver al lugar del que viene, así que tienes que ser como un hermano y acogerle en tu hogar. Les das acogida en tu corazón y les das acogida en tu casa. Es un ser humano como  yo. Y el día de mañana, yo podré buscar refugio en su hogar y él me acogerá”. Chigendera Petro, 72 años de edad, vive en Minova.

Para llegar a estas personas en zonas rurales inseguras y a las que viven en campos, los equipos de MSF gestionan clínicas móviles y apoyan a las estructuras de salud tanto en Kivu Norte como en Kivu Sur. De noviembre de 2008 a octubre de 2009, MSF realizó 528.850 consultas médicas y trató a 4.900 pacientes aquejados de cólera.

En los últimos meses, MSF ha observado un aumento del bandolerismo incluyendo robos perpetrados por grupos armados que han afectado gravemente a las organizaciones humanitarias en Kivu Norte y Kivu Sur. Los ataques contra vehículos de MSF en el norte de Goma obligaron a la organización a suspender temporalmente sus clínicas móviles y su
apoyo a los centros de salud en varias localidades, haciendo que miles de civiles se quedaran sin la asistencia médica que tan urgentemente necesitaban.

Más recientemente, durante una campaña de vacunación contra el sarampión en el distrito de Masisi, en Kivu Norte, MSF fue utilizada como cebo en un inaceptable ataque contra la población civil. Siete puntos de vacunación de MSF, donde miles de civiles se encontraban congregados, fueron objeto de un ataque deliberado del ejército congoleño contra las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), en lo que fue un inaeptable abuso
de la ayuda humanitaria para lograr fines militares.

¿QUÉ ES “ESTADO: CRÍTICO”?

Médicos Sin Fronteras (MSF), una de las pocas organizaciones humanitarias que todavía trabaja en las regiones más violentas de los Kivus y Haut y Bas-Uélé, lanzó en diciembre de 2008 “Estado: Crítico”, una iniciativa en internet destinada a sacar del olvido y del silencio a las víctimas de los conflictos armados de la República Democrática de Congo.

“Creemos que deben ser ellos, los habitantes de la República Democrática del Congo, quienes relaten sus dramáticas experiencias, pues son ellos quienes han tenido que dejar atrás sus hogares y familias, y son ellos quienes sufren los estragos de la violencia. Nadie puede expresar mejor lo que significa que tu vida dependa de una guerra y que, después de  quince años, sigas intentando obrevivir y proteger a los tuyos mientras el mundo mira hacia otro lado”, apunta Paula Farias, Presidenta de MSF España.

A través de vídeos, fotografías, blogs y testimonios directos que pueden ver pinchando aquí, Estado: Crítico se ha hecho eco a lo largo de todo este año del sufrimiento de miles de congoleños. Y durante este tiempo,
miles de visitantes de todo el mundo han visto estos vídeos, han oído y leído sus testimonios y han respondido con sus mensajes de apoyo y solidaridad.

La web lanza ahora un último especial titulado “Heridas”, que pretende denunciar que el sufrimiento de la población congoleña continúa y que el conflicto no ha acabado. Las personas del este de Congo siguen siendo agredidas, violadas y expoliadas; siguen huyendo para salvarse; siguen perdiendo a sus seres queridos y sus propias vidas. Sus heridas, internas y externas, se multiplican.

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