Según los periódicos, el presidente Morales habría afirmado que en el país existe una “exagerada libertad de expresión” (El Deber, 09/12/09). La libertad de expresión nunca es exagerada. Existe o no existe, así de simple. Otra cosa es que alguien incurra en el delito de calumnia, difamación, injuria, falsedad o infundio mediante nota publicada en diarios, revistas o en cualquier medio audiovisual o digital. Si una persona, institución, empresa o ente jurídico (el Gobierno, por ejemplo) considera mancillado su honor o su prestigio profesional o perjudicados sus intereses, debe presentar demanda judicial contra tales arbitrariedades. Para eso están los tribunales, pero jamás debería ser limitada la libertad de expresión consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Don Evo y sus asesores deberían recapacitar y recordar que sin la libertad de expresión, él no estaría donde está.
La recién elegida parlamentaria masista doña Betty Tejada Soruco ha escrito un artículo —Una vueltita más…— en el cual afirma: “Ahora que el Presidente de los bolivianos está liderando un movimiento a escala mundial por la defensa de la madre Tierra, me declaro la más firme militante de esta causa” (El Deber, 25/12/09). ¡Enhorabuena! Resulta comprensible el entusiasmo de doña Betty al declarar su firme propósito de “defensa del medio ambiente”, pero debería ser más cauta. Primero, decir que Evo Morales “está liderando un movimiento a escala mundial por la defensa de la madre Tierra” (sic) es una hipérbole que no nos merecemos sus lectores. Y en segundo lugar, obras son amores y no buenas razones, como dice el refrán. Se anuncia, con fines propagandísticos, una reunión mundial de movimientos sociales en Bolivia. ¿Cuánto costará ese evento? Como no hay control parlamentario, nunca sabremos cuántos millones despilfarrará el Gobierno. ¿Por qué no se invierte ese dinero en programas de rehabilitación de regiones deforestadas y ríos y lagos contaminados? Sería recomendable, para su propio beneficio, que doña Betty se tomara el trabajo de leer la opinión de entendidos en la materia como Winston Estremadoiro (Contradicciones en Copenhague/ La Razón, 25/12/09) e Iván Arias Durán (Cambio climático, y nosotros ¿qué? / La Razón, 20/12/09). En dichos artículos se dice que la cuenca del río Pilcomayo (Potosí, Chuquisaca y Tarija) se ve afectada por la caza indiscriminada, la pesca con dinamita, la tala de árboles y la explotación minera e hidrocarburífera. Nada digamos de los efectos devastadores del cultivo de coca y la elaboración de pasta procesada en Chapare, Yungas, Isiboro-Sécure y Santa Cruz. Conmovido por el candor de la parlamentaria y su pública declaración de principios, hago votos por que el poder centralista le lleve el apunte, aunque esto suene a inocentada.
De vuelta a mis gazaperías, leo un lindo artículo sobre la fiesta navideña en el Santa Cruz de antaño (La Razón, 26/12/09). Las prisas u obnubilado, quizás, por la nostalgia que en estos casos nos traiciona, su autor incurre en errores leves como cuando escribe: “Me producía una sensación indescriptible que luego, ‘en’ (sic) joven, la volví a sentir…”. Debe decirse: “Me producía una sensación indescriptible que luego, ‘de" joven, la volví a sentir”. Más adelante: “Quien quería se quedaba a almorzar lo que fuera, en la mesa enorme, pero ‘en" (sic) las tardes…”. Debe decirse: “…pero ‘por’ las tardes…”. Y para terminar, evoca: “Pese al verano en su plenitud había que vestirse ‘con’ (sic) traje y corbata”. Debe decirse: “…había que vestirse ‘de’ traje y corbata”. Nada más por hoy. Que les vaya bonito.
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