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Retos del 2010

Retos del 2010

martes 12 de enero de 2010, 00:24h

Nadie en épocas de democracia había obtenido los triunfos electorales que obtuvo Evo Morales. La elección del 2010 demostró que él gana de lejos, sin que haya ruido de fraudes electorales. Y lo hace porque posee una gran aceptación de todos los sectores populares de la ciudad y del campo, esto incluye a las clases medias populares. De hecho su triunfo se explica no sólo porque gana en el campo, sino porque lo hace con el voto urbano de los sectores urbano populares. Evo Morales sigue siendo un símbolo para dichos sectores populares, que lo ven como el gobernante de su propia piel y de sus mismos sentimientos. Pero, a esos méritos, él aumenta otros, los que corresponden a su política pública, en especial a los bonos, a las transferencias directas que otorga el Estado mediante la renta Dignidad, los pagos a los niños de las escuelas públicas, o las transferencias para las mujeres embarazadas. De ese modo, la gente siente que recibe algo del
Estado, o del propio Evo Morales. Se dirá que esos bonos no solucionan estructuralmente los problemas de pobreza de los bolivianos, pero poseen una alta rentabilidad política, que convierte a los beneficiarios en una clientela ligada al MAS y al Presidente.

Hay más aún; el discurso del Estado de empoderamiento de los sectores populares conduce a que éstos se sientan propietarios del poder, que miren al Estado como suyo propio. Eso genera alta legitimidad política y social al proyecto político del MAS. Pero, y este pero es demasiado importante, todo eso se produce en un país donde no existe oposición política, donde se han hundido los viejos partidos, donde el MAS navega solo. La falta de oposición es uno de los grandes capitales que posee el MAS para seguir avanzando a ritmo de crucero.

Todo esto lo ha logrado el MAS, desde el Gobierno, haciendo política; no ha pasado un día sin hacer campaña política. Su gestión política es excelente, pero eso ha implicado que ha dejado de lado la gestión administrativa del Estado, y la dejó porque gozó de un boom económico como nunca antes vio Bolivia. Situación propiciada por el alza del precio de las materias primas, en especial de precios de los hidrocarburos, que ocultó los temas de la eficiencia y de la ausencia de gestión administrativa del Estado. Empero, ahora ese boom ha desaparecido y le exige al MAS preocuparse desde este año de la gestión administrativa del Estado. Ahí está puesto ese reto que no es cosa pequeña.

Pero, un gobierno que casi genera un régimen unipartidario será o no capaz de mantener la democracia, de comprender que democracia es gobierno de las mayorías, y a la par implica respeto de las minorías. Éste es otro reto del futuro. Una cosa es que el cambio se haga en democracia y, otra distinta, que camine por vías donde se viole la democracia.

Un reto importante es saber si el MAS y el gobierno de Evo Morales será capaz de respetar la disidencia, si será posible que exista el MAS, pero quienes no piensen como el Gobierno tengan el derecho a existir. Por tanto, otra duda es saber si el futuro del país será posible de ser construido entre todos los bolivianos, o si para hacerlo sólo tendrán derecho quienes estén alineados al pensamiento del MAS.

Carlos Toranzo Roca
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