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ETA escribe a Otegi

ETA escribe a Otegi

domingo 17 de enero de 2010, 14:13h
Dudo mucho de que los comunicados con los que ETA nos castiga de cuando en cuando estén dirigidos a los ciudadanos; da la impresión de que están redactados pensando en los responsables del Ministerio de Interior y, sobre todo, en sus propias filas. En el caso del largo texto publicado este domingo por ‘Gara’, yo diría que es antes una carta de la banda al encarcelado Otegi –y, claro, a los Díez Usabiaga y compañía, que acompañan al líder de la ex Batasuina en su mala suerte carcelaria-- que otra cosa. Está claro que ETA se halla sumida en una profunda reflexión interna, y que los tibios intentos de Otegi por conducir a la banda por una senda en principio no violenta han provocado un terremoto, agravado para ellos por las continuas caídas de sus dirigentes en manos de la policía, por el progresivo abandono del apoyo de los vascos, por la formación en Euskadi de un Gobierno no nacionalista y por el desamparo de sus tesis en los tribunales internacionales. Están débiles y el comunicado de este domingo lo demuestra: en el fondo, le dicen a Otegi que no olvide que quienes mandan son ellos, los que han redactado este sermón dominical, los ‘duros’. Algo va a pasar.

Puede que la conclusión de las asambleas clandestinas que la banda y su entorno están celebrando vaya a ser una victoria de los más ‘duros’, los que piden la negociación a base de bombazos, tiros o –temen en Interior ahora—secuestros. Puede.  Me dicen que quizá a finales de este mes se celebre una de estas asambleas deliberativas, que tendría un carácter de casi definitiva. En todo caso, no hay que creer a ETA cuando hace, como en el comunicado de este domingo, llamamientos a la ‘vía política’, al ‘proceso democrático’, a la vuelta al espíritu de Alsasua, de Anoeta y a tantos lugares de culto de su errática trayectoria; lo cierto es que tanta palabrería pretende ocultar la desorientación en la que se encuentran. Porque ocurre que la banda está perdida, dividida en tres sectores –según la dureza de sus planteamientos--, con la mayor parte de los presos, incluso los que más sangre han vertido, hartos, sin horizontes. Y hora es ya de constatarlo: aún pueden hacer cualquier barbaridad, y probablemente la harán, pero los cuarenta años de reinado del horror y del terror se acaban.

Pienso que se está llevando a cabo una adecuada política carcelaria –la que empezó poniendo en marcha el ministro Antonio Asunción cuando era director de Prisiones--, que los servicios de inteligencia funcionan adecuadamente, que las fuerzas de seguridad también y que el ministro Rubalcaba lo tiene muy claro: a por ellos. Luego, una vez que la derrota se consume, ya veremos si hay flecos que negociar –porque algún tipo de negociación, inevitablemente, habrá algún día--, pero desde la fortaleza del Estado. Nunca como ahora se habían dado tantas condiciones favorables para acabar con la pesadilla: ETA está dividida, sus dirigentes históricos se desmarcan de la línea clásica de violencia, la inmensa mayoría de los vascos abomina de los planteamientos de la banda, las fuerzas democráticas principales están unidas, por fin, frente al terror y ya ni en el despistado tribunal de Estrasburgo hallan sus quejas acogida. No les queda nada y el comunicado de este domingo, donde aún tienen el cinismo de hablar de ‘la violencia del Estado’, lo demuestra palmariamente.

Ya digo: es obvio que algo se está moviendo en ETA, y también que algo, esas circunstancias citadas, favorables a los que deseamos la desaparición de la banda, está moviendo, empujando, a ETA. No quisiera ser demasiado optimista a la hora de analizar los datos que se acumulan sobre mi mesa, pero insisto en que todo indica que algo va a pasar en este campo, algo bueno para todos nosotros y, por tanto, malo para ellos. Estemos atentos a los acontecimientos, sean los que fueren, porque los habrá, no queda otro remedio.
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Blog: Cenáculos y Mentideros
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