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De la gasolinera a la 'electrolinera'

El vehículo eléctrico: pros y contras de una innovadora tecnología de futuro

· Valladolid será la sede de Renault en España que fabricará este tipo de autos en el segundo semestre de 2011

viernes 12 de febrero de 2010, 19:02h
El coche eléctrico es la gran apuesta del ministerio de Industria como impulso a la competitividad, al ahorro energético y al fomento de las energías renovables ya que en gran medida su desarrollo está vinculado a un uso más eficiente de la energía eólica -actualmente se pierde por sobrecarga nocturna una parte importante- y, en este sentido, ultima ya dos grandes líneas de actuación tanto en España como a nivel europeo para que la universalización del 'transporte ecológico' sea una realidad en un futuro muy próximo.

La reunión de ministros de la Unión Europea celebrada entre los días 7 y 9 de febrero valoró las posibilidades de este sector para llevar a cabo un plan de actuación que se concretará con la adopción de una estrategia común para el desarrollo de este tipo de vehículos tras debatirse en el Consejo de Ministros del próximo mes de mayo. En el plano nacional, Miguel Sebastián, los fabricantes de automóviles, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y empresas de áreas relacionadas, como pueden ser las energéticas o las tecnológicas, han firmado ya un Memorándum que recoge los compromisos de alcanzar un plan integral para el desarrollo del coche eléctrico –uno de los ejes del Pacto por la energía- que será presentado durante este primer trimestre del año. Pero ¿en qué consiste el coche eléctrico?

'Transporte verde'


Los vehículos eléctricos se están posicionando como el futuro del transporte en las ciudades por su escaso impacto ambiental (emiten un 32% menos de CO2 que los coches de gasolina y no tienen los ruidos del motor), por el abaratamiento de costes (apenas gasta 1,5 euros por cada 100 kilómetros) y por la posibilidad real de crear una red urbana de 'electrolineras' -un término para definir las estaciones de servicio que dispensen energía a estos vehículos, ya admitido por la Fundación del Español Urgente (Fundéu) que asesora a la Real Academia en la oficialización de nuevas palabras- y por la posibilidad de que los propios usuarios se integren en el sistema de distribución energética.

El 'coche verde' es simplemente un automóvil que utiliza la energía de una batería para generar movimiento en lugar del combustible que se utiliza actualmente para arrancar el motor. No obstante, muchas de estas baterías tienen una autonomía limitada y pueden funcionar durante unos 150 kilómetros, por ello su uso está enfocado principalmente a las ciudades. Esto supondría, por ejemplo, que para hacer un viaje largo podría ser necesario llevar una batería de repuesto ya que el proceso de recarga total de la misma, dependiendo del modelo, puede llevar varias horas. Sin embargo, su uso diario en núcleos urbanos puede ser muy eficaz ya que los puntos de suministro en aparcamientos privados y públicos -al margen de que se está trabajando sobre la posibilidad de utilizar otros sistemas de recarga a través de cabinas telefónicas y parquímetros- podrían garantizar que los automóviles aparcados se recarguen por la noche para su uso durante el día. Esto facilitaría la operatividad del sistema ya que durante estas 'horas valle' el consumo eléctrico es menor y no se producirían sobrecargas. De hecho, los coches eléctricos podrían así absorber los excesos de energía que durante esas horas obliga en ocasiones a desconectar molinos de viento porque sobra producción. Hay que tener en cuenta que España es líder en esta fuente de energía, pero es precisamente por la noche cuando más viento se produce y menos energía se consume, sin posibilidad de almacenar los excesos. De esta manera se fomentarían las energías renovables y se trabajaría por el medio ambiente ya que a día de hoy la energía total consumida por los vehículos proviene en el 98% de productos derivados del petróleo.

Redes inteligentes o 'smart grids'

Sin embargo, la idea más innovadora es la que trata de integrar el uso de los coches eléctricos y su infraestructura con todo el sistema eléctrico en las llamadas 'smart grids' o redes inteligentes. Esto supondría conformar un sistema de gestión activo que interactúe con el cliente para que en momentos de mucha demanda energética los usuarios pudieran incluso vender la energía acumulada en las baterías de sus coches aparcados a la red eléctrica.

Londres cuenta con el vehículo eléctrico desde 2006 y otras ciudades europeas intentan ponerse al día. En España, de momento existe un plan pionero, el Proyecto Piloto de Movilidad Eléctrica (Movele), para la implantación de este tipo de vehículos. Como ejemplo, ha conseguido implantar camiones eléctricos para la recogida de basura en la ciudad de Barcelona. Para fomentar la demanda privada, la web de Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) está construyendo una base de datos de puntos de recarga -el convenio firmado entre el ministerio de Industria con las ciudades de Sevilla, Madrid y Barcelona exige la instalación de 546 puntos de recarga públicos entre 2009 y 2010-, y pone en conocimiento de los internautas un catálogo de coches eléctricos y un listado de concesionarios adheridos al proyecto donde poder acceder a la información sobre ayudas directas a este tipo de vehículos (en el caso de automóviles puede suponer hasta 7.000 euros). El Plan Movele cuenta con un presupuesto de 8 millones de euros para ayudar a cubrir entre un 15 y un 20% del coste total.



Aspectos positivos:

- Mejora de la eficiencia y del ahorro de energía

- Contribución medioambiental. Control de las emisiones de CO2 y reducción de la dependencia del petróleo y sus derivados. El vehículo eléctrico puede además ayudar a integrar la creciente producción de energías renovables en los sistemas eléctricos europeos.

- Disminuye considerablemente la contaminación acústica.

- Apenas gasta 1,5 euros por cada 100 kilómetros (en los automóviles de gasolina está en torno a los seis o siete euros).

- Creación de empleo de calidad. Europa debe hacer un esfuerzo para posicionarse en la fabricación de componentes esenciales de este tipo de vehículos, incluyendo las baterías, lo que representará también una oportunidad para los trabajadores del sector de la automoción. Se calcula que en la UE surgirían 2,2 million empleos directos y otros 9,8 millones indirectos. Un ejemplo, es la planta de Valladolid que fabricará el primer vehículo eléctrico de Renault, tal y como ha anunciado la compañía que tiene previsto comenzar la producción en el segundo semestre de 2011.

- Iniciativas públicas de estímulo de la demanda: financiación directa y beneficios indirectos como la gratuidad del estacionamiento para vehículos 'cero emisiones' en el caso de Madrid.

- Posibilidades de potenciar las exportaciones


Aspectos negativos:

- La autonomía de las baterías es muy limitada (alrededor 150km), destinando su uso fundamentalmente al transporte urbano.

- Los vehículos eléctricos también tienen a menudo largos tiempos de recarga.

- Esto se complica por la escasez actual de las estaciones de recarga eléctrica públicas.

- A corto plazo la mayoría de los miembros de la UE son capaces de absorber la demanda de electricidad adicional sin aumentar la capacidad de generación, no obstante, conviene también analizar esta cuestión a medio y largo plazo.

- Al tratarse de una nueva tecnología requerirá un esfuerzo de normalización que garantice la homogeneidad de los productos para facilitar su uso y comercialización a nivel comunitario.

- El mercado es pequeño y la demanda tendrá que ser estimulada por planes coordinados que no distorsiones las normas de competencia.
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