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La Asamblea del BID deja al descubierto viejas tensiones entre EE.UU. y Latinoamérica

miércoles 24 de marzo de 2010, 03:45h

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) concluyó su Asamblea anual con una histórica ampliación de capital que ha dejado al descubierto viejas tensiones entre EE.UU. y sus vecinos del Sur.

El compromiso para ampliar el capital en 70.000 millones de dólares, que deberá ratificar en 60 días la junta directiva del BID y después los órganos legislativos de los países, fue objeto de un duro pulso entre EE.UU., el mayor accionista del banco, y los países latinoamericanos.

Las desavenencias se resolvieron la madrugada del lunes cuando los 48 miembros del BID dieron el visto bueno a un documento de consenso que permitirá al banco prestar unos 12.000 millones de dólares anuales a la región, el doble del promedio desde 1994.

Pero el proceso puso de manifiesto que el relevo en la Casa Blanca no ha servido para limar, como muchos esperaban, viejas asperezas en las relaciones norte-sur.

En ese sentido, el ministro de Hacienda de la República Dominicana, Vicente Bengoa, dijo que América Latina sigue sin estar "en la agenda internacional" de EE.UU. tras la llegada de un nuevo equipo de Gobierno a Washington, el del presidente Barack Obama.

"Irak, Afganistán. Esas son las prioridades" de Washington, afirmó ayer Bengoa, quien señaló que el que la propuesta de ampliación de capital de Estados Unidos fuese la más baja deja eso en evidencia.

Washington llegó a Cancún con la propuesta de incrementar el capital en 60.000 millones de dólares, de los que alrededor de 1.100 millones serían capital pagado y el resto exigible, que los socios aportan en caso de necesidad.

Dado que los desembolsos del capital pagado se realizan en el plazo de cinco años y que EE.UU. tiene un capital del 30 por ciento, Washington debería de aportar sólo 66 millones de dólares anuales.

"Yo, irónicamente, hablé de que en Estados Unidos probablemente la sociedad gaste 66 millones en echarle alpiste a los canarios", dijo el ministro dominicano.

Similar descontento manifestó el ministro de Economía y Finanzas de Argentina, Amado Boudou, quien deja Cancún con "sabor amargo" porque, en su opinión, la ampliación de capital no es suficiente para el mediano plazo.

Latinoamérica quería inicialmente que la recapitalización fuese de 100.000 millones de dólares, una cifra que rebajó en Cancún hasta los 80.000 millones con 2.800 de capital pagado, oferta que tampoco aceptó la delegación estadounidense.

Más allá del dinero hubo fuego cruzado también por el deseo estadounidense de vincular la recapitalización a ciertas condiciones, entre ellas algunas exigencias medioambientales, que países como Brasil tacharon de injerencia en la soberanía de los países de la región y consideraron "inaceptables".

Washington dio marcha atrás en algunas de sus propuestas, como la de que los proyectos con impacto medioambiental se sometiesen a una consulta pública de 120 días antes de ser aprobados.

Aun así, logró que algunas propuestas cuestionadas por los socios latinoamericanos formasen parte de la declaración final, como la de que se realice una revisión a la mitad de la ampliación de capital para ver si el BID cumple con sus promesas de reforma.

El BID ha puesto en marcha una revisión de su política de información, para hacerla más transparente y se ha comprometido a incrementar la financiación a las energías renovables y el sector privado como parte de la nueva etapa que se abre con la llegada de recursos frescos.

Estados Unidos evitó echar leña al fuego y se limitó a decir que lo importante es que se alcanzó consenso.

"Estamos muy satisfechos con los resultados tanto para el banco como para EE.UU. El que emergió es un documento de consenso", afirmó la subsecretaria del Tesoro estadounidense para mercados internacionales y desarrollo, Marisa Lago.

En similares términos se pronunció el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, quien dijo que "el mejor acuerdo es el que se aprueba, todo lo demás es anecdótico".

"Uno en la vida no se puede quedar pensando en lo que pasó ayer, tenemos que pensar en lo que pasará mañana", insistió.

Pese a las discrepancias, existe consenso en que el aumento de capital es positivo para la región.

Además de ampliar el capital, el BID condonó la deuda de 479 millones de dólares a Haití y se comprometió a donar 200 millones de dólares anuales durante la próxima década.

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