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Un pacto que es un parto (de los montes)

Un pacto que es un parto (de los montes)

jueves 01 de abril de 2010, 17:26h

Sin duda alarmados por esas encuestas que dicen que los españoles consideran a sus políticos el principal problema del país, inmediatamente detrás de la situación económica –que incluye el número, tan elevado, de parados--, los dos partidos mayoritarios han emprendido, al fin y aunque solamente sea en esto, la ruta del pacto: llevan semanas reuniéndose para lograr un acuerdo de mínimos contra la corrupción. Y digo ‘de mínimos’ porque, en realidad, el decálogo para ese consenso anticorrupción es, si nos atenemos a lo que ha trascendido, de muy corto alcance. Hace falta más, mucho más, volar a una altura considerablemente mayor, para regenerar la política española.

Colocar técnicos –y no políticos-- en las comisiones de urbanismo, garantizar la limpieza en las adjudicaciones de contratos, prohibir los regalos a los cargos públicos, luchar contra los tránsfugas, endurecer los registros de bienes de los cargos públicos y otros pasos similares, puede ser un conjunto de medidas sin duda loables, pero insuficientes. Han sido, además, muchas las veces que se nos han anunciado soluciones contra el transfuguismo, contra los excesos de muchas concejalías de Urbanismo, contra las recalificaciones ‘salvajes’ de suelos, contra los ‘beneficios’ que perciben por vías indirectas los cargos públicos…y las cosas siguen igual.

Hay que saludar cualquier acuerdo entre los partidos que redunde en bien de la cosa pública. Siendo, como soy, firme partidario de un pacto de Estado, no puedo sino alegrarme de que, al menos en estas cuestiones, socialistas y ‘populares’ parezca que están llegando a un acercamiento. A la fuerza ahorcan, claro está: es tal el desprestigio que la clase política está acumulando que algo, al menos, tiene que cambiar, piensan ellos, para que todo siga sustancialmente igual.

Pero resulta que es que no todo puede ni debe seguir siendo sustancialmente igual, aunque se incorporen al ‘statu quo’ algunos maquillajes cosméticos. Hay toda una legislación anquilosada que facilita la corrupción y la negligencia ‘in vigilando’ en España. Desde la propia Constitución, que debe ser actualizada cuanto antes, hasta, pongamos por caso, la Ley del Suelo, que tantos desmanes ha permitido. Pasando por el total desconocimiento de ciertas malas prácticas en el uso de tecnologías nuevas, especialmente Internet.

Y, así, la normativa electoral debe reformarse a fondo, para evitar el surgimiento de esos ‘partidos bisagra’ municipales que lo único que quieren, ayudando al vencedor, es forrarse; de la misma manera, hay que desbloquear las candidaturas electorales, para evitar que los ‘aparatos’ de los partidos sigan haciendo y deshaciendo a su antojo; y los dos ‘grandes’, ahora en complicidad con los nacionalistas, habrían de renunciar a mantener esa injusticia que lastra las votaciones a formaciones como Izquierda Unida o UPyD…

En otro orden de cosas, debería fomentarse, a nivel autonómico y local, la técnica del referéndum; habrían de agilizarse algunos procedimientos judiciales, dificultando que gentes indeseables pudieran personarse como acusación privada en determinados procesos. Y convendría evitar la ahora tan rápida prescripción de determinados delitos, no solo de los relacionados con el terrorismo.

Todo ello, apenas como unos cuantos ejemplos de lo que debería ser materia para un amplio consenso entre las fuerzas políticas. Existe una panoplia de leyes a regenerar y modernizar en una España donde la producción legislativa sigue siendo escasa y de menor trascendencia, un país cuyo Legislativo trabaja poco, cuyo poder Judicial sigue siendo fuente de escándalos, banderías y controversias, y cuyo Ejecutivo, sea del signo que sea, sigue trampeando con la vista puesta en las próximas elecciones, y no en el bien del conjunto de la ciudadanía.

Vistas así las cosas, dígame usted si no hay materia para más amplios pactos entre quienes ostentan –porque se la hemos otorgado—nuestra representación política. Lo otro, el parcheo, puede ser coyunturalmente útil y rentable desde el punto de vista de la imagen; puede hasta desterrar casos escandalosos como el de Jaume Matas, pero más que en el gran pacto necesario puede convertirse en el gran parto…de los montes.

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