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Diariocrítico les cuenta los secretos del Festival de Cine de Málaga

Diariocrítico les cuenta los secretos del Festival de Cine de Málaga

miércoles 21 de abril de 2010, 17:15h
El Festival de Málaga. Cine Español, comenzó el sábado 17 de abril con una divertida Gala de Inauguración en su decimotercera edición. Presentada por Carmen Conesa e Imanol Arias, los presentadores hicieron guiños con mucha elegancia a la competitividad de los actores, a la predilección que tenemos los españoles por el cine extranjero, e incluso a los recientes acontecimientos de la vida personal de Imanol. A golpe de musical, homenajearon al cine español cantando la canción de Janette  Soy Rebelde de la película de Carlos Saura Cría Cuervos, Soy minero de Antonio Molina y la canción a los americanos de de Bienvenido Mr. Marshall acabando ésta con un “ya estamos hartos, de tantas pelis americanas, esta semana ¡solo queremos cine español!”
Abría el Festival la película fuera de concurso Io, Don Giovanni, del maestro Carlos Saura. En ella se recrea el proceso de producción de la ópera Don Giovanni de Mozart a través del libretista Lorenzo Da Ponte que fue su fuente de inspiración. Película exquisita en la estética, fotografía, ambientación y música, es muy recomendable para melómanos y, sobre todo, para amantes de la ópera.

Nos encontramos al día siguiente una de las sorpresas del Festival de Málaga, la ópera prima de la joven directora Juana Macías, Planes para mañana. Una digna primera película, con un planteamiento consistente: cuatro mujeres se enfrentan al día en que sus vidas van a cambiar de forma radical y a la inseguridad que provoca el miedo al cambio. Carme Elías dice a su marido en el film: “No tenemos otra vida, tú no tienes otra vida y yo no tengo otra vida”, conclusión de una película que está escrita en presente y que apuesta por el Carpe diem, por vivir el momento. Esta obra coral, destaca por las magnificas interpretaciones de todo el plantel de actores y en especial las de sus cuatro actrices protagonistas, la citada Carme Elías, Goya Toledo, Ana Labordeta y Aura Garrido. Una película personal y amena, muy recomendable para el espectador que busca en la pantalla reconocer un fragmento de vida. La realidad vista por Juana Macías es optimista porque mira hacia adelante y es moldeable. Las decisiones las tomamos nosotros.

El mismo domingo nos llevamos otra grata impresión con la película 'Qué se mueran los feos' de Nacho García Velilla. Simpática comedia de sal gorda, salpicada con golpes de ingenio, muy bien llevada por las estupendas interpretaciones y la química de la pareja protagonista, Javier Cámara y Carmen Machi. A Carmen, la vemos pasar de la comedia al drama con gran comodidad y maestría, y, nos lleva junto con Eliseo, el protagonista de la historia, por donde quiere. Cámara, no se queda atrás, y con su personaje, el feo del pueblo, nos enternece durante todo el metraje.

Eliseo, encuentra en Nati a la persona que le hace sentir guapo sin embargo, Nati es su cuñada. Historia de dos personas sin suerte, una que ha tirado la toalla y otra que no hace más que recogerla. Del director de Fuera de carta, llega este cuento con moraleja, la belleza está en el interior, con el que pasarán un buen rato en la sala de cine. Una candidata ideal para el premio del público en lo que llevamos visto hasta ahora. Muy recomendable, se divertirá.

El lunes, pudimos ver Propios y extraños de Manolo González. En ella se entremezclan un sinfín de personajes, lo de sinfín en sentido literal, alrededor de un programa de radio nocturno en que se da entrada a llamadas de los oyentes para expresar sus problemas. Sin embargo, la película no acaba de consolidar las historias. En ella se cuenta todo y, al final, no se cuenta nada, siendo la dispersión la clave absoluta del film. Cierra los títulos de crédito de la película una impagable María Isbert llamando a la radio, que de haber estado integrada en el film, nos habría hecho la película más amena. Por ella y por la belleza de Elena Ballesteros es por lo que merecería la pena ver esta película.

Llegó entonces Bon Appétit de David Pinillos, historia de amor entre un ambicioso chef español que trabaja en un prestigioso restaurante en Suiza, donde se enamora de la bella sumiller. El chef es protagonizado por Unax Ugalde que hace un gran trabajo, pero, a pesar de ello, y, aunque la película es correcta en la forma, la historia no emociona. La relación de los protagonistas, basada en momentos de confusión de ambos personajes, la cobardía que les hace eternizarse en tomar decisiones, unido a la falta de verosimilitud de las decisiones tomadas, deja al descubierto a unos personajes que funcionan por tirones de guión en una historia bastante previsible.

Hemos visto también El idioma Imposible, de Rodrigo Rodero, desesperanzada historia de amor entre personajes marginales, un traficante y una yonki, en la que el personaje principal, que interpreta Andrés Gertrudix, observa el desastre de la autodestrucción de Elsa, su amada, desde la barrera. Desde el patio de butacas sentimos como excesiva la realidad que se nos retrata en la película, que se recrea en la marginalidad del mundo de las drogas. Y, por otro lado, es paradójico que la historia esté contada con diálogos demasiado literarios y concisos porque la hacen artificial. Sin embargo, el tinte poético que se da a la historia de amor no está del todo mal. Arriesgada propuesta que vamos a recomendar por lo insólita que resulta dentro de la Sección Oficial.

El dios de madera de Vicente Molina Foix, última película de la Sección Oficial hasta el momento, nos habla de dos pasiones interraciales encuadradas dentro de la inmigración ilegal. Aunque la visión de la integración del inmigrante dista mucho de ser la que es hoy en día, hecho que se evidencia porque la historia se sitúa en el contexto tecnológico de Facebook, podemos superar ese detalle mediante los ojos limpios de Yao, Madi Diocou. Yao es un inmigrante senegalés que no tiene papeles y al que vemos enamorado de una elegante Marisa Paredes, que le dobla la edad pero parece más joven que él al encontrarle. La aparición de Yao, trae a Mª Luisa una segunda juventud que la hace acercarse a Mavi, la mujer que había sido en su juventud. El dios de madera narra con sencillez una historia compleja, y, aunque dulzona en algunos momentos, se agradece el trabajo de un guionista de lujo, Vicente Molina Foix, de una actriz consolidada como Marisa Paredes y de unos actores jóvenes poco vistos y bien elegidos. Es una película amable que se deja ver con agrado.

El Festival continúa con sus proyecciones, homenajes, exposiciones y, lo que es más importante, con un ambiente cinematográfico espectacular. Por unos días Málaga se ha convertido en capital de lujo de nuestro cine y en ella solo se oye hablar de cine español. Para los amantes del cine es un placer sentir la atracción que despierta nuestro cine y ver las muchas nacionalidades que se convocan entorno a este evento anual. Si tiene la oportunidad, le animo a venir a Málaga, a disfrutar de la ciudad, de su ambiente y de un cine que les pertenece y goza de buena salud. Emulando a Arias y Conesa en la presentación quiero despedirme hoy con su grito de guerra “ya estamos hartos de tantas pelis americanas, esta semana ¡solo queremos cine español!”
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